El pelaje, el color y los patrones de la piel son atributos que distinguen y hacen únicas a las diversas especies animales. No obstante, en ocasiones, estas características experimentan mutaciones sorprendentes. En tiempos anteriores, hemos presenciado una cebra con manchas en lugar de rayas, leones albinos, un panda de color marrón y, más recientemente, una jirafa desprovista de manchas.
El Brights Zoo, una institución privada acreditada por la Asociación Zoológica de América (ZAA), recibió a una jirafa el pasado 31 de julio. Hasta la fecha, este pequeño ejemplar ha crecido hasta alcanzar una altura de 1.80 metros y está siendo cuidado por su madre. Ambas pertenecen a la subespecie de jirafas reticuladas o jirafas somalí.
«Los expertos en jirafas consideran que esta es la única jirafa reticulada de color sólido conocida en todo el mundo», afirmó el zoológico en un comunicado. Aunque no es el único registro de una jirafa sin manchas, ya que Japón documentó un caso similar en 1970.
«Desde el primer día, hemos estado en contacto con profesionales de zoológicos de todo el país», explicó David Bright, el director del zoológico. «Especialmente con los veteranos que han estado en la industria durante mucho tiempo, les hemos preguntado: ‘¿Has visto algo así antes? ¿Cuál es tu opinión?’ Y nadie ha visto algo similar».
A pesar de la falta de manchas, los expertos realizaron análisis de sangre y compararon los resultados con los de otra jirafa que nació dos semanas antes. Estos análisis confirmaron que la jirafa se encuentra en buen estado de salud y que no hay motivo de preocupación. La pequeña jirafa comparte su hogar en el zoológico de Tennessee con otras nueve jirafas y actualmente está en busca de un nombre, con una votación abierta en la página de Facebook de Brights Zoo.
Los cuidadores destacan que el nacimiento de esta jirafa sin patrones es un acontecimiento notable y especial. Esperan que la atención que reciba permita generar conversaciones sobre los desafíos que enfrenta esta especie y la importancia de su conservación, ya que las poblaciones de jirafas están disminuyendo silenciosamente. De hecho, advierten que el 40 % de la población en vida silvestre se ha perdido en las últimas tres décadas.
Las manchas en el pelaje de las jirafas se consideran una forma de camuflaje inherente a su especie, crucial para su supervivencia en su entorno natural. Además, se ha observado que el patrón, tamaño y color de su pelaje son heredados de sus madres y pueden tener un impacto en su capacidad de sobrevivir.
«Es preferible que esta pequeña jirafa sin manchas haya nacido en cautiverio», comentó Bright sobre el asunto. «En la naturaleza, utilizan esas manchas para ocultarse… al ser de un solo color, es posible que no pueda esconderse tan eficazmente».
Un estudio reciente ha revelado que las jirafas jóvenes con trazos más grandes y redondeados en su pelaje tienen tasas de supervivencia más altas. También se especula que las manchas podrían desempeñar un papel en la regulación de la temperatura y en otras funciones desconocidas para la comunidad científica.
