El restaurante Costes Downtown de Budapest sirvió sus comidas en las cabinas de la rueda de la fortuna, también conocida como «vuelta al mundo». La atracción gastronómica tuvo lugar el pasado sábado, 17 de Octubre, y fue el modo que encontró el dueño del restaurante para incentivar a sus clientes a ir a comer mientras mantienen la distancia social.
Karoly Gerendai, propietario de Costes, tuvo que buscar nuevas formas de atender a sus clientes para continuar haciéndolo en el medio de una pandemia. «Ahora que no hay mucha gente ni en la rueda ni en el restaurante porque no hay turistas, se presentó la oportunidad para hacer esto«, dijo en relación a la atracción gastronómica, según informó la agencia de noticias Reuters. Si bien la idea de convertir la rueda de la fortuna en el restaurante ya había surgido en otro momento, no era posible llevarla a cabo teniendo en cuenta la cantidad de turistas que concurrían.
Las cabinas de la rueda permiten cumplir con las medidas de seguridad y distanciamiento necesarias para prevenir la propagación de COVID-19, ya que están completamente separadas la una de la otra. Además, solo se permitía un máximo de cuatro personas por cabina. «Ahora es especialmente importante que las personas tengan la posibilidad de estar separadas de otros clientes, y la rueda de la fortuna es ideal con sus cabinas separadas«, declaró Gerendai. Según informó la agencia de noticias, todos los tickets válidos para una comida para hasta cuatro personas se agotaron en una cuestión de días y esperan poder realizar la experiencia nuevamente pronto, pero con un clima más cálido.
Además, el restaurante también tuvo una idea para cambiar el clásico sistema de delivery. Teniendo en cuenta las consecuencias de la pandemia, como la reducción en la cantidad de gente que sale a comer, decidieron buscar una nueva forma de ofrecer sus servicios y así poder mantener a su personal. «Para evitar tener que despedir al personal, nos estamos embargando en una innovadora iniciativa de delivery que no solo implica llevar la comida a la casa, sino que hace aparecer una cena completa con nivel de estrella Michelin«, declaró el dueño de Costes a Budapest Business Journal.
Esto quiere decir que en vez de hacer la comida en el restaurante y enviarla a la casa de los clientes, es el personal quien va a la casa a preparar la comida. Tanto los chefs como los camareros irán a cada casa, preparan las comidas e incluso los clientes pueden participar del proceso. De este modo, el restaurante se mantiene cerca de sus clientes mientras que ellos pueden permanecer en sus casas.
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