Vaya sorpresa se han llevado los propietarios y empleados de un hotel situado en la ciudad de Carhué, al oeste de la provincia de Buenos Aires.
Se trata de las instalaciones del hotel Epecuén, sitio donde los dueños luego de vaciar la pileta se encontraron con que, producto de la falta de calefacción del agua, en una de ellas se había llegado a acumular unos 10 centímetros de sal. A juzgar por las fotos, el fenómeno comprende un manto de sal sólida cubriendo por todos lados como si se tratara de una pista de hielo.
El dueño del hotel Epecuén, Rubén Besagonill, ha indicado en diálogo con «La Nueva» que es la primera vez que son protagonistas de un suceso como este: «La pandemia hace que aparezcan estas cosas naturales, porque si hubiésemos tenido gente, seguramente no lo hubiéramos visto”.
Según han indicado, este fenómeno ocurrió porque al estar cerrados los alojamientos debido a la inactividad hotelera y la prohibición de recibir turistas, la piscina se mantuvo sin climatizar. En efecto, cuando el agua no recibe una calefacción de unos 36°C, la sal termina solidificándose tal como sucedió en este establecimiento, donde llegó a alcanzar los 10 centímetros de espesor.
Con la llegada de los primeros fríos del año, un manto de sal tiñó de blanco en junio el Lago Epecuén, a partir de un fenómeno químico bien conocido por los vecinos de Carhué. Se trata de que el sulfato de sodio se solidifica al quedar expuesto a bajas temperaturas.
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