Las playas de Waitpinga y Parsons, al sur de Adelaida, Australia, fueron cerradas de forma preventiva luego de que aparecieran decenas de peces muertos y una espuma inusual en la orilla. El fenómeno alarmó a surfistas y turistas, que reportaron tos, dolor de garganta, irritación ocular y hasta visión borrosa tras pasar tiempo en la zona.
Según la Autoridad de Protección Ambiental de Australia del Sur (EPA), el problema estaría relacionado con una floración de microalgas que no solo habría causado la muerte de peces, sino que también podría ser la razón detrás de los síntomas reportados. La espuma, descrita como de color blanco sucio con sectores amarillentos, se extendió a lo largo de varios cientos de metros de la costa y fue vista también en otras playas cercanas.
El área afectada forma parte del Parque de Conservación Newland Head, conocido por atraer a surfistas y turistas gracias a sus olas y paisajes naturales. Sin embargo, el Departamento de Medio Ambiente y Agua decidió cerrar las playas hasta garantizar la seguridad de los visitantes.
El Departamento de Industrias Primarias y Regiones (PIRSA) está llevando adelante una investigación para determinar el origen de la mortalidad de los peces y si existen contaminantes en el agua. Una de las hipótesis principales apunta a la proliferación de microalgas favorecida por las altas temperaturas, el poco viento y las mareas bajas de los últimos días.
Equipos de científicos marinos ya tomaron muestras del agua y de la espuma para identificar al organismo responsable. Según la EPA, la descomposición de estas algas podría estar liberando toxinas que afectan tanto a la fauna marina como a las personas que entran en contacto con el agua o permanecen en la playa.
Vecinos y surfistas contaron sus experiencias en redes sociales. Anthony Rowland, surfista local, relató que tras entrar al mar en Waitpinga comenzó a toser y sintió irritación en los ojos y dolor de garganta. Recibió decenas de mensajes de personas con síntomas similares, incluso visión borrosa y dificultades para respirar.
El fenómeno se intensificó el domingo, cuando el oleaje dispersó aún más la espuma por la costa. Además, varios testigos notaron un cambio en el color del agua, que pasó a tonalidades verdes y marrones.
Desde SA Health, el principal servicio de salud del estado, explicaron que las floraciones de algas pueden liberar partículas al aire y causar respuestas alérgicas, incluyendo síntomas respiratorios, irritación ocular y erupciones en la piel.
Por ahora, las autoridades recomiendan evitar el contacto con el agua en las zonas afectadas y mantenerse alejados de la espuma o cualquier cambio de color en el mar. En caso de exposición, sugieren lavarse con agua limpia para minimizar el riesgo de reacciones alérgicas.
