En el transcurso de las últimas semanas, China está intentando reactivar su economía desde que a finales del año pasado levantó las estrictas restricciones impuestas por el COVID-19: si bien es algo esperado por los trabajadores del país, este escenario hace temer que aumente la contaminación a nivel nacional. Al menos 13 ciudades del norte del territorio asiático han emitido alertas por contaminación en los últimos días.
Trece ciudades del norte de China que rodean la capital, Pekín, han emitido alertas por contaminación del aire en los últimos días como causa directa ante una gran recuperación industrial de la región que, desafortunadamente, también se traduce en un aumento de los niveles de polución. Las trece ciudades, incluidas Tianjin y Tangshan, el mayor centro siderúrgico de China, habían emitido alertas «naranja» por contaminación grave hasta el domingo, la segunda alerta más alta, según informó el Centro Nacional de Investigación Conjunta para Abordar Problemas Clave en el Control de la Contaminación Atmosférica (NJRC).
La calidad del aire en la región tradicionalmente propensa al «smog» de Pekín, Tianjin y Hebei ha mejorado notablemente en los últimos años como resultado de una «guerra contra la contaminación» desde 2014, que implicó el cierre y la reubicación de plantas industriales, así como el aumento de las normas de emisión.
Una alerta naranja significa que la media de tres días del índice de calidad del aire (ICA) ha superado 200, lo que se clasifica como «contaminación grave», y normalmente desencadena cierres industriales o recortes de producción según la normativa china. Si bien Pekín, donde el Parlamento celebra su reunión anual, no ha emitido ninguna alerta, cabe destacar que su ICA alcanzó 230 el domingo por la noche y volvió a subir por encima de 200 este lunes.
El organismo NJRC precisó que el reciente pico había sido impulsado por un aumento de la actividad industrial, con plantas de acero y cemento operando a niveles más altos, y el tráfico de camiones diesel también en aumento. Las autoridades prevén que la polución persista hasta el próximo 10 de marzo, aunque no se descartan nuevas alertas por contaminación ante un paulatino incremento en los niveles que identifican una complejidad en lo que a contaminación atmosférica respecta.
En 2022, China, considerado uno de los países más contaminantes del mundo, otorgó en promedio dos nuevas licencias para el funcionamiento de plantas de carbón por semana. Estas acciones del gigante asiático ponen en duda el cumplimiento de sus compromisos climáticos ya que, según han reportado medios locales, este incremento representa el más alto desde 2015 y es un 50% mayor que en el 2021.