Un grupo de científicos de la Universidad de Edimburgo logró convertir botellas de plástico en aroma de vainilla utilizando una bacteria modificada genéticamente.
Las botellas son el segundo elemento más común dentro de la contaminación plástica. Al ser, lamentablemente, un elemento tan común ha causado que la abundancia de desechos de este material tengan un impacto tanto en la vida silvestre como en la contaminación en general, terminando tanto en tierra firme como en los océanos.
Para lograr convertir botellas de plástico en aroma de vainilla, los científicos utilizaron la mutación de una enzima que puede descomponer el polímero de tereftalato de polietileno, que se encuentra en las botellas de plástico, en vainillina. Este último es lo que se utiliza para generar el aroma a vainilla.
La vainillina es un químico bastante popular y que forma parte de un mercado que está en crecimiento, ya que no solo se utiliza para aromatizar sino también para fabricar productos farmacéuticos, de limpieza y herbicidas.
Joanna Sadler, doctora de la universidad de Edimburgo y quien dirigió el proyecto de investigación, explicó la importancia de este descubrimiento: «Este es el primer ejemplo de uso de un sistema biológico para reciclar residuos plásticos y convertirlos en un valioso producto químico industrial, y tiene implicaciones muy interesantes para la economía circular«.
«Nuestro trabajo desafía la percepción de que el plástico es un residuo problemático y, en cambio, demuestra su uso como un nuevo recurso de carbono con el que se pueden fabricar productos de alto valor«, explicó Stephen Wallace, quien formó parte de la investigación y también es miembro de la Universidad de Edimburgo.
Cabe tener en cuenta que en la actualidad los plásticos pierden el 95% de su valor como material, aproximadamente, luego de un solo uso. Por esto, encontrar un desarrollo que permitiría otorgar otro valor a ese componente, convirtiéndolo en algo más, es realmente significativo.
«El resultado de nuestra investigación tiene grandes implicaciones en el campo de la sustentabilidad plástica y demuestra el poder de la bilogía sintética para dirigirse a los desafíos del mundo real«, agregó Sadler.
Este descubrimiento y desarrollo de los científicos fue publicado en la revista de investigación Green Chemistry, y el siguiente paso será encontrar un modo que les permita avanzar más rápido.