Ciudad fantasma de 80 mil millones sigue intacta y desierta

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Un sueño urbano que terminó en silencio

La Ciudad Bosque (Forest City), ubicada en el estado de Johor, Malasia, fue concebida como uno de los desarrollos inmobiliarios más ambiciosos de Asia. Valorada en más de 80 mil millones de dólares y diseñada para albergar a unas 700.000 personas, hoy es considerada uno de los mayores fracasos urbanísticos del continente. Pese a sus imponentes torres, zonas verdes, playas artificiales y una arquitectura futurista, la ciudad permanece casi completamente desierta 🌆.

¿Qué prometía Forest City?

Forest City nació como una colaboración entre la empresa china Country Garden Holdings y una compañía estatal malaya. El desarrollo comenzó en 2006, aunque la construcción a gran escala arrancó oficialmente en 2013. El proyecto comprendía islas artificiales construidas sobre el mar de Johor, justo frente a Singapur.

Entre las promesas estaba ofrecer:

  • Viviendas de lujo con enfoque ecológico y tecnologías verdes.
  • Centros comerciales futuristas, oficinas internacionales y complejos turísticos.
  • Zonas sin autos, con un diseño urbano completamente peatonal y subterráneo para transporte.
  • Cercanía con Singapur, convirtiéndose en una alternativa más económica para vivir cerca de una de las ciudades más caras del mundo.

A pesar de todas esas promesas, el destino de Forest City ha sido diametralmente opuesto: silencio, abandono y falta de vida urbana real.

Los factores que llevaron al abandono

Restricciones gubernamentales

Uno de los principales obstáculos vino del propio gobierno malasio. Con el tiempo, comenzaron a surgir preocupaciones sobre la soberanía y ocupación extranjera del país, ya que una gran parte de los compradores eran ciudadanos chinos. En 2018, el entonces primer ministro Mahathir Mohamad anunció que los extranjeros no podrían comprar propiedades en Forest City, golpeando duramente al mercado inmobiliario del proyecto.

Cambios en las políticas de China

Simultáneamente, el gobierno chino implementó restricciones a la exportación de capital al extranjero, lo cual limitó aún más las inversiones desde su nación de origen. Dado que alrededor del 80% de los compradores potenciales eran chinos, este cambio provocó una caída directa en las ventas.

Falta de infraestructura social

Pese a sus impresionantes edificios, la ciudad carece de los servicios básicos que hacen posible la vida en comunidad, como hospitales, escuelas y supermercados. También se mencionó que la tasa de ocupación no alcanza ni el 10% de su capacidad total, por lo que no hay suficientes residentes para sostener una vida urbana normal.

Impacto ambiental

La construcción sobre islas artificiales también generó amplias críticas de grupos ambientalistas. El ecosistema marino y costero de Johor se vio comprometido, algo que influyó aún más en la **visión negativa del proyecto** por parte de la población local.

¿Una ciudad fantasma del futuro? 🏙️👻

Hoy, quienes visitan Forest City describen un escenario posapocalíptico: enormes rascacielos con luces apagadas, hoteles cerrados, calles vacías y centros comerciales sin actividad. Algunos residentes aseguran que “pueden caminar horas sin cruzarse con otra persona”.

A pesar de todo, la infraestructura sigue en pie, reluciente pero solitaria. Desde una perspectiva visual, es impresionante. Sin embargo, se ha convertido en un ejemplo emblemático de cómo incluso las ideas urbanas más futuristas pueden derivar en fracaso si no se toma en cuenta la dimensión social y política.

El futuro de Forest City

El actual gobierno de Malasia ha explorado posibles soluciones para rescatar el proyecto. En 2023, se propuso convertir el área en una zona económica especial con beneficios fiscales y acceso preferencial para lograr atraer inversiones tanto extranjeras como locales.

No obstante, los desafíos son muchos:

  • Reconstruir la confianza en potenciales compradores e inversores.
  • Introducir servicios esenciales como hospitales, escuelas o estaciones de transporte público.
  • Convencer a los ciudadanos malasios de entrar en un espacio que ha sido percibido como elitista o «para extranjeros».

¿Una lección para el urbanismo global?

Forest City no es la primera —ni será la última— ciudad fantasma moderna. Proyectos similares han surgido en países como China, Angola y Emiratos Árabes Unidos. Sin embargo, lo que distingue a Forest City es su inversión masiva y su enfoque futurista, que no se tradujo en calidad de vida ni en ocupación real.

El caso sirve como una advertencia sobre los riesgos de los megaproyectos que priorizan el beneficio económico sobre el bienestar social. La arquitectura sola no basta: una ciudad necesita alma, y eso lo da su gente.

Conclusión

Forest City es el ejemplo más claro de que un megaproyecto sin planificación integral —y sin tener en cuenta el contexto político, económico y ambiental— puede convertirse en un enorme elefante blanco. Hoy, la ciudad fantasma de 80 mil millones de dólares permanece intacta, pero desierta, esperando un milagro que quizás nunca llegue.

¿Será posible un renacer para Forest City? ¿O quedará para siempre como símbolo del fracaso urbanístico del siglo XXI?

Si te interesa el urbanismo moderno y las ciudades sostenibles, te recomendamos leer sobre los proyectos de ciudades inteligentes en SmartCitiesWorld y seguir las noticias oficiales a través de medios verificados como BBC Asia.

📍¿Estás listo para visitar la ciudad que nadie habita? Forest City aguarda.

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