Colombia ha logrado un hito significativo en la protección de sus bosques, reduciendo la deforestación a su nivel más bajo en 23 años. En 2023, la tala de bosques se redujo en un 36%, lo que salvó cerca de 44,261 hectáreas, una superficie comparable a 23,000 campos de fútbol o un poco más que la isla de Manhattan en Nueva York. El año pasado, se perdieron 123,000 hectáreas de bosques, pero en 2023, solo se perdieron 79,000, la cifra más baja desde el año 2000.
Este avance significativo se debe en gran medida a las políticas implementadas en el Plan Nacional de Desarrollo 2022-2026. La ministra de Ambiente, Susana Muhamad, destacó que la paz y la reducción de la deforestación están intrínsecamente conectadas. Los acuerdos de conservación en la Amazonía, especialmente en las regiones de Meta, Putumayo, Caquetá y Guaviare, fueron fundamentales para este éxito.
El programa «Conservar Paga» ha jugado un papel crucial, triplicando los incentivos para las comunidades que protegen los bosques, a diferencia del gobierno anterior que optaba por militarizar la política ambiental. Este enfoque ha demostrado ser más efectivo al involucrar y beneficiar directamente a las comunidades locales en la protección del medio ambiente.
A pesar de las buenas noticias, hay preocupaciones por un posible aumento de la deforestación en 2024 debido a la crisis en los diálogos con las disidencias, quienes a menudo dominan áreas de alta deforestación. No obstante, este logro es un paso importante hacia la construcción de un futuro sostenible y la protección de la biodiversidad colombiana.
La reducción de la deforestación en Colombia no solo contribuye a la lucha contra el cambio climático, sino que también protege los hábitats de numerosas especies y mantiene el equilibrio ecológico. Este éxito es un testimonio del poder de las políticas ambientales efectivas y de la cooperación comunitaria para preservar los recursos naturales para las generaciones futuras.