Fin de una era: la empresa FlyNYON detiene sus operaciones
El turismo aéreo de Nueva York ha sufrido un revés importante. FlyNYON, la empresa de vuelos turísticos en helicóptero conocida por sus recorridos sin puertas sobre Manhattan, ha cesado sus operaciones comerciales después de una investigación de seguridad federal, resultado de un trágico accidente en el Río Hudson que cobró la vida de cinco personas en 2018.
Este cierre se da tras años de presión e investigaciones por parte de autoridades federales y familiares de las víctimas, que desde aquel fatídico día han impulsado una revisión a fondo de las normativas de seguridad aérea para el turismo en helicópteros en los Estados Unidos.
¿Qué pasó en el Hudson River? El accidente que lo cambió todo
El 11 de marzo de 2018, un vuelo de FlyNYON se estrelló en el Río Hudson, causando la muerte de los cinco pasajeros a bordo. Todos ellos habían contratado un vuelo fotográfico “doors-off” (sin puertas), atados simplemente por un arnés, lo que les permitía tomar imágenes sin obstrucciones, una experiencia altamente buscada por turistas y fotógrafos.
Según la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte (NTSB), el accidente se debió a que una de las bolsas de cámara de un pasajero activó accidentalmente el interruptor de reserva de combustible, lo que cortó el suministro al motor. El piloto intentó realizar un amerizaje de emergencia, pero los pasajeros no pudieron liberarse de sus arneses y murieron ahogados.
Una experiencia turística con márgenes de seguridad reducidos
Los vuelos sin puertas de FlyNYON, que ofrecían vistas privilegiadas de Nueva York y fotos para redes sociales, empezaron a ganar popularidad a mediados de la década de 2010 . Pero con ese nivel de exposición también vinieron críticas crecientes sobre los estándares de seguridad.
La NTSB calificó los vuelos de FlyNYON como una operación “comercial no regulada», lo que implicaba menos controles de seguridad que otras operaciones aéreas comerciales más convencionales. Esto generó preocupaciones entre los expertos sobre si estas experiencias estaban priorizando el espectáculo visual por encima de la vida humana.
- Los pasajeros estaban atados con arneses que solo podían ser liberados con herramientas especiales.
- El piloto fue el único sobreviviente del accidente.
- No había mecanismos de escape rápidos para los ocupantes en caso de una emergencia.
FlyNYON: de fenómeno en redes sociales al escrutinio público
Durante años, FlyNYON promovió agresivamente sus vuelos como una experiencia “única en la vida” a través de campañas en redes sociales e influencers famosos. Ofrecían paquetes que incluían fotos aéreas personalizadas y vuelos temáticos por la ciudad de los rascacielos.
La campaña se apoyaba fuertemente en plataformas como Instagram y TikTok, donde los usuarios publicaban imágenes de sus piernas colgando desde el helicóptero con Manhattan de fondo, utilizando hashtags como #DoorOffFlying y #FlyNYON. Esta visibilidad ayudó a atraer a miles de turistas, pero también encendió las alarmas de los reguladores de la aviación.
- Influencers e influencers de viajes jugaron un papel vital en la popularización de estos vuelos.
- El crecimiento fue exponencial, pero muchas preguntas surgieron sobre si los pasajeros comprendían los riesgos involucrados.
Más allá del accidente: regulación de vuelos turísticos en EE.UU.
Después del siniestro, la Administración Federal de Aviación (FAA) prohibió inmediatamente los vuelos turísticos en helicópteros sin puertas a menos que estuvieran equipados con sistemas de arneses aprobados y accesibles para desatarse manualmente.
Además, se emitieron nuevas pautas para empresas turísticas aéreas, incluyendo regulaciones adicionales sobre entrenamiento de pilotos, equipos de seguridad y protocolos de emergencia. Sin embargo, algunos sostienen que estas reformas fueron tardías y que el accidente pudo haberse evitado con una supervisión más estricta.
El legado del accidente: una llamada de atención para la industria
El cierre de FlyNYON marca un punto de inflexión. Ya no se trata solo de ofrecer experiencias emocionantes, sino de garantizar la seguridad del visitante por encima del espectáculo visual. Este suceso ha servido de advertencia para el resto de la industria turística aérea, tanto en Estados Unidos como en otras ciudades del mundo donde los vuelos panorámicos en helicóptero son comunes, como Las Vegas, el Gran Cañón o Sídney.
De cara al futuro, las autoridades continuarán monitoreando de cerca estas operaciones, y los consumidores son cada vez más conscientes de las condiciones de seguridad, por lo que empresas similares deberán adoptar nuevos estándares o enfrentar sanciones, críticas o la pérdida de licencias.
Reacciones tras el cierre de FlyNYON
La noticia del cierre fue recibida con sentimientos encontrados. Mientras que las familias de las víctimas expresaron alivio de que no se repita una tragedia similar, algunos clientes y fanáticos de la empresa lamentaron la suspensión de una experiencia que definían como “única”.
En declaraciones a medios como ABC News, representantes de FlyNYON aseguraron que se trató de un cierre “voluntario” y “temporal”, aunque no han anunciado ninguna fecha de reapertura ni planes para reiniciar operaciones con nuevas medidas de seguridad.
¿Qué significa esto para el turismo de aventura?
Este caso pone en evidencia una creciente tensión dentro del turismo de aventura : la necesidad de ofrecer experiencias innovadoras frente a la obligación de mantener estándares estrictos de seguridad.
Destinos y servicios turísticos que se enfocan en actividades de alto riesgo deberán adaptar sus protocolos, lo que podría significar un incremento en sus costos o una reducción en las actividades disponibles, pero también