Hoy se cumplen 18 años desde el ataque a las Torres Gemelas. Un hecho que cambió a la ciudad de Nueva York, y a su gente, para siempre.
Mientras las Torres Gemelas estaban envueltas en llamas y más de 3000 personas intentaban escapar, había 300 perros rescatistas que estaban haciendo todo su esfuerzo para ayudar. De todos ellos, se destacó Roselle, un labrador, que salvó a su dueño ciego y a otras 30 personas, guiándolos con calma a través de 80 pisos, cruzando a través del fuego, el humo y los escombros.
Michael Hingson, gerente de ventas de la compañía Fortune 500 Quantum, conoció a su perro guía por primera vez en 1999, y ella estaba sentada debajo de su escritorio, como cada dos días, cuando ocurrió el desastre.
En una entrevista con el Sunday Express, Michael habló sobre el momento en que supo que algo estaba mal. Él contó que primero escuchó un ‘buuuum’ y automáticamente el edificio comenzó a temblar e inclinarse lentamente.
En ese momento nadie sabía que estaba sucediendo, pero todos sabían que algo malo estaba pasando. De hecho, Michael cuenta que varios de sus compañeros comenzaron a despedirse y estaban seguros de que iban a morir.
«Siempre había prestado atención a los simulacros de incendio y sabía que debía evitar los ascensores, subir las escaleras y no entrar en pánico.
Mientras todo sucedía, la explosión, los escombros en llamas, la gente en la sala de conferencias gritando, Roselle se sentó a mi lado tan tranquila como siempre.
Ella no sintió ningún peligro en el humo y las llamas, todo sucedía a nuestro alrededor. Si hubiera sentido peligro, habría actuado de manera diferente, pero no lo hizo. Roselle y yo éramos un equipo y confiaba en ella», relató Michael.
Los dos, se dirigieron hacia la puerta. Roselle llevó a Michael por las escaleras, y varias personas comenzaron a seguirlo. El camino no fue fácil, pero el can supo mantener a todos tranquilos durante todo momento.
Después de una hora, finalmente llegaron al vestíbulo. Michael intentó llamar a su esposa Karen, pero no pudo ya que las líneas estaban colapsadas.
De repente, un oficial de policía comenzó a gritarles que evacuaran mientras el edificio se derrumbaba. Michael levantó a Roselle y comenzó a correr con ella, dándose cuenta rápidamente de que todos corrían por sus vidas. Diez segundos después todo el edificio se derrumbó.
«Escuché el sonido de cristales rompiéndose, de metal retorciéndose y gritos aterrorizados. Nunca olvidaré el sonido mientras viva»
Michael esta eternamente agradecido a Roselle, ya que sin ella él no hubiera sobrevivido.
Roselle se retiró de la guía en 2007. Vivió con Michael hasta 2011, cuando le diagnosticaron una úlcera de estómago y falleció.
