Es uno de los pueblos más bonitos de la Selva Negra que sirvió como inspiración para una de las películas más célebres de Tim Burton
No hay nada más hermoso que los lugares que nos recuerdan a los escenarios de nuestras películas favoritas. Alemania, de hecho, es uno de los países que más nos evocan estas postales con lugares como el castillo de Neuschwanstein, que bien podría ser el auténtico castillo de Disney.
Pueblos repletos de magia, cascos antiguos de pequeñas ciudades que son un auténtico decorado de un cuento de hadas y ciudades en las que sus calles son capaces de transportarnos a las películas más queridas de todos los tiempos.
Existe un pueblo, ubicado en plena Selva Negra alemana, que se lleva la medalla de oro: es una preciosa población capaz de fascinarnos al suroeste del país, a muy poca distancia de la frontera francesa. Hablamos de Gengenbach, que está considerado por los viajeros de todo el mundo como uno de los pueblos más bonitos de Alemania y que es capaz de arrebatarnos la mirada para siempre.
Solo es necesario mirar unas cuantas fotos de este precioso pueblo para convertirlo en uno de nuestros próximos destinos apuntados en nuestra lista. Una delicia que conquista por sus colores, la forma y arquitectura de sus calles o por los entramados de madera que convierten sus frías calles en lugares cálidos.
Pero esta localidad, igual, te viene a la cabeza porque es la inspiración que tuvo la película de ‘Charlie y la fábrica de chocolate’ de Tim Burton. Eso sí… aquí no encontrarás Umpa Lumpas ni ninguna fábrica de chocolate con creaciones variopintas, pero si un verdadero paraíso de belleza que en Navidad se convierte en un lugar de peregrinación.
Cualquier momento del año es bueno para perderse entre sus callejones repletos de casas de madera o paseando por la exuberante naturaleza que lo rodea. Pero, si hay una temporada en el que este precioso pueblo se convierte en un escenario de película esa es la Navidad.
De hecho, es aquí donde nos podremos encontrar con el mayor calendario de adviento del mundo, ubicado en el ayuntamiento de estilo neoclásico. Este histórico edificio, de más de 200 años de historia, ilumina a los viajeros con sus 24 ventanas repletas de luces que han sido decoradas por artistas de renombre como Andy Warhol.
Este año este precioso pueblecito que encarna la navidad a la perfección tiene como leitmotiv de sus imágenes el cuento de ‘El Principito’, que adornarán las ventanas de su calendario de Adviento y que se irán abriendo una a una desde el 3 de noviembre hasta el 23 de diciembre.
Este mercado navideño, a pesar de no ser muy grande, con 50 puestos de artesanía, está ubicado en un entorno excepcional.