Sabemos que ya no es ninguna novedad: en el apogeo de su funcionalidad, y cuando se utilizan en su máximo potencial, las impresoras 3D pueden crear edificios enteros e incluso ayudar a aliviar una crisis humanitaria. Maggie Grout, fundadora de la organización sin fines de lucro Thinking Huts, planea usar impresoras 3D para construir escuelas que atiendan a niños con poco o ningún acceso a la educación en Madagascar.
De esta manera, Grout ha decidido asociarse con la agencia de diseño Studio Mortazavi para crear la primera escuela impresa en 3D del mundo, ubicada en cuatro acres de tierra en Madagascar. Programada para abrir en el invierno de 2021-22, la escuela piloto se construirá en el campus universitario de Ecole de management et d’Innovation Technologique para atender a estudiantes malgaches locales.
En cuanto a las características que hacen a esta primera e inédita escuela impresa en 3D, la misma contará con un diseño de colmena que permitirá la instalación de varias escuelas, con edificios para bibliotecas, educación física, música y artes. Cada estructura estará equipada con granjas verticales y paneles solares, así como paredes creadas por la impresora 3D.
El objetivo del proyecto Thinking Huts es inspirar la innovación y crear oportunidades para los niños en Madagascar y, finalmente, construir una Thinking Hut en todas las comunidades donde los niños no tienen acceso a la educación. «La necesidad de infraestructura educativa en Madagascar, y en todo el mundo, es enorme«, dice Grout, «y nuestro concepto es escalable a medida que continuamos construyendo escuelas con comunidades donde más se necesitan«.
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