En la región conocida como el trapecio Amazónico Colombiano viven 25 comunidades indígenas. Para ellos las plantas y animales tienen espíritu, y los seres humanos, como ellas, nacen, se desarrollan y mueren para renacer. Esta estrecha relación es a su vez ajena al pensamiento occidental, el cual se encuentra orientado principalmente por el uso, el usufructo y el beneficio individual que se pueda obtener de la naturaleza.
La selva amazónica está reconocida por ser uno de los espacios naturales con más biodiversidad del mundo, sin embargo, sus ecosistemas se encuentran actualmente en peligro de desaparecer debido a actividades económicas como la minería, la deforestación y el avance de la frontera agrícola, así como la aculturación de las comunidades indígenas que allí habitan.