Durante siglos, la pequeña isla de Poveglia, al norte de Venecia, fue considerada un lugar prohibido, cargado de historias oscuras y rodeado de un aura de misterio. Ahora, lejos de esas leyendas, el islote comienza un proceso de transformación que busca convertirlo en un parque público natural abierto a la comunidad.
La historia de Poveglia está marcada por episodios que alimentaron su fama siniestra: en el siglo XVI fue utilizada como lazareto para enfermos de peste bubónica y, más tarde, funcionó como geriátrico hasta 1968, año en que quedó abandonada. La falta de mantenimiento deterioró sus edificios y consolidó la prohibición de acceso tanto a ciudadanos como a turistas.
Hoy, esa imagen comienza a cambiar gracias a la iniciativa “Poveglia per tutti”, una asociación vecinal que logró la concesión parcial de la isla y recaudó fondos para financiar un proyecto de 400.000 euros. El plan contempla la creación de un “parque lagunar”, un espacio verde de libre acceso donde los venecianos podrán reconectar con especies autóctonas y con el agua de la laguna. Se estima que en unos seis años la isla abrirá sus puertas al público.
La transformación de Poveglia también busca desmitificar su leyenda negra. Historias sobre fosas comunes, hospitales psiquiátricos y experimentos humanos fueron difundidas durante décadas, muchas veces potenciadas por programas de televisión y relatos de exploradores paranormales. Sin embargo, los vecinos insisten en que se trata de mitos, y que el verdadero valor de la isla radica en su arquitectura e importancia histórica.
Con antecedentes que se remontan al año 864, cuando fue habitada por pescadores, Poveglia también tuvo un rol estratégico como fortificación y punto de control comercial durante la época napoleónica. Hoy, ese mismo terreno que alguna vez fue temido se perfila como un refugio verde dentro de la laguna, pensado no como atractivo turístico masivo, sino como un espacio de encuentro y naturaleza para la propia comunidad veneciana.
