Somos una pareja que crecimos en una sociedad con parámetros muy establecidos acerca de lo que es considerado correcto: debes estudiar, titularte, trabajar, formar una familia y tener hijos para seguir el ciclo.
Una vez ya en el sistema con todos los parámetros más que superados excepto tener hijos, nos encontrábamos casados con vivienda propia y trabajos que nos llenaban, pero faltaba algo que ni con todos los viajes de vacaciones se puede conseguir: sentirte satisfecho con lo que conoces del mundo.
Y cuando hablamos de mundo no hablamos solo de lindas fotos, nos referimos a culturas, personas, sabores, colores y la magia que solo la interacción con los otros te puede dar.
Es por esto que decidimos cambiar de rumbo, aunque suene y se vea disparatado, decidimos dejarlo todo y viajar por el mundo. Comenzamos en internet, vendiendo todo lo que se podía, luego pasamos a las ferias y terminamos con la venta del departamento donde vivíamos.
En un inicio era algo lejano ver que todo iba a resultar según nuestros planes, pero las cosas se fueron dando, salió comprador de inmediato y las cosas de a poco se fueron
vendiendo.
Hasta ahí todo iba super bien pues la economía en plan viaje engordaba. Con todo lo que
conseguimos saldamos deudas (de viajes anteriores) y compramos un auto pequeño usado que nos acompañaría en nuestra primera etapa del viaje, no era un auto de viajeros precisamente, pero lo compramos con toda la fe del mundo.
Es un city car de moto 1.0, bautizado como “ardillomovil” en honor a una mascota que teníamos, que por lo demás era un hámster llamado ardillo calzoncillo.
Así ya, con auto y las mochilas hechas, decidimos emprender el rumbo, la primera ruta fue bajar todo Chile desde Antofagasta hasta Punta Arenas, luego pasar a Ushuaia y subir por la costa del mapa, Argentina, Uruguay, Brasil bajando por este para llegar a Paraguay y Bolivia.
Pero claro no se puede recorrer el mundo en auto (al menos no con nuestra economía) al volver a Chile vendimos a Don Ardillomovil que se ganó el respeto de muchos otros, pues estuvo a la par de 4×4 y otros autos hechos para viajeros, pasó lluvia, nieve, barro, etc.
Era necesario recuperar la inversión del automóvil para poder seguir viajando y es así donde en el norte de Chile se quedó nuestro amigo de 10 meses de viaje y ahora nos encontramos con nuestras mochilas llenas de sueños siguiendo la ruta que sube en el mapa.
Actualmente estamos en Ecuador con 45.000km recorridos, más de trece meses de viaje y miles de aprendizajes a cuestas.
Nuestra meta es llegar hasta Canadá, recorrer Europa y continuar con el resto del mundo, algo así como en dirección de las manillas del reloj. Pero nuestra ruta no está exenta de trabajo, ya que también vamos realizando voluntariados para ahorrar y vendemos souvenirs viajeros para generar dinero.
Nos encanta compartir nuestra historia y motivar a más gente para que cumpla sus sueños, nuestro consejo es que no dejen que otros les digan cómo ser felices, respetando al otro y cuidando la naturaleza se puede llagar muy lejos, es sólo cuestión de decisión.
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