Agustín Mayer había soñado toda su vida había con recorrer el mundo a caballo. Creció y cuando se dio cuenta estaba trabajando en una automotriz alemana en la ciudad de Buenos Aires (Argentina) y haciendo una maestría que lo ayudaría a crecer en ese rubro. Se había alejado demasiado de su sueño así que decidió retomarlo… nunca es demasiado tarde!
Así que empezó a organizar su larga cabalgata de Buenos Aires a Bariloche. Necesitaba un buen compañero de aventuras así que invitó a su amigo Sebastián, que sin dudarlo dijo que si. Automáticamente entraron en Google Maps y empezaron a organizar la travesía que originalmente les llevaría 30 días.
Para diciembre del 2015 Agustín ya había renunciado a su trabajo y, junto a su amigo, tenían todo planeado: el camino, las fechas, el presupuesto, una cámara, libros, mochila y las paradas. Solamente les faltaban sus cuatro nuevos compañeros de aventuras: «El Capitán», «Sabandija», «Buzo Táctico» y «Vueltero», cuatro hermosos caballos.
Al comenzar su recorrido se llevaron una agradable sorpresa al darse cuenta como las personas de los diferentes poblados que iban visitando los recibían a ellos y a sus caballos con los brazos abiertos. Comida, mates, cama, lo que necesitaban les ofrecían sin ningún tipo de problema… eso junto con la tranquilidad de la gente les hizo abrir los ojos y darse cuenta de que la vida fuera de la ciudad (por suerte) era muy diferente.
A pocos días de llegar a Bariloche, Agustín recibió una llamada de emergencia, su padre había sido internado de urgencia porque había sufrido un infarto y estaba grave. Sin dudarlo tuvo que abandonar su aventura y volar a Buenos Aires. Por suerte, a la semana el papá estaba recuperado y salió del hospital.
Con su padre ya recuperado, Agustín y Sebastián decidieron retomar el viaje para poder terminarlo. Galoparon varios días más hasta llegar a Bariloche. Al estar frente del lago Nahuel Huapi los dos viajeros se abrazaron, lloraron y saltaron de felicidad. Después de 40 días habían logrado completar el viaje que tanto habían soñado.
Al volver a Buenos Aires con tantas historias nuevas para contar decidió escribir «El sol no te espera: un viaje a caballo de Buenos Aires a Bariloche». Un libro en el que cuenta toda su aventura junto a Sebastián, todo lo que vivieron y todas las personas que se cruzaron en su camino. Sin dudas un viaje que los cambió para siempre.
