Una tablilla de piedra caliza de más de 4.000 años ha desaparecido de la tumba de Khentika, un alto funcionario del reinado del faraón Pepi II (2284 a.C. – 2216 a.C.), en la necrópolis de Sakara, al sur de El Cairo.
El Ministerio de Turismo y Antigüedades de Egipto informó que la pieza se encontraba en una tumba utilizada como almacén desde la década de 1950 y que permanecía sellada, sin haber sido reabierta desde 2019. La Fiscalía egipcia ya investiga el caso, mientras que se han tomado “todas las medidas legales necesarias” para esclarecer la desaparición.
Un comité arqueológico encabezado por el supervisor de Sakara, Amr al Tibi, fue designado para inventariar el contenido de la tumba, cuyo informe ya fue remitido a las autoridades judiciales. El secretario general del Consejo Supremo de Antigüedades, Mohamed Ismail Jaled, aseguró que el ministerio sigue de cerca el caso con el objetivo de proteger el patrimonio egipcio frente a cualquier práctica ilegal.
Este incidente ocurre apenas tres semanas después de la detención de cuatro personas acusadas de robar un brazalete de oro de 3.000 años de antigüedad del Museo Egipcio de El Cairo. La pieza fue vendida por unos 7.755 dólares a un joyero que terminó fundiéndola junto con otras joyas.
En las últimas décadas, Egipto ha librado intensas batallas diplomáticas para recuperar piezas faraónicas saqueadas o vendidas en el mercado ilegal, muchas de las cuales terminaron en museos y colecciones privadas en el extranjero.
La desaparición de esta tablilla se produce en un momento clave, cuando el país se prepara para la apertura oficial del Gran Museo Egipcio (GEM) el próximo 1 de noviembre, donde se exhibirán más de 57.000 objetos que reflejan la riqueza de la civilización faraónica.
