Cuando planificamos nuestras escapadas, la elección de un todo incluido puede ser la alternativa perfecta para aquellos que desean descansar y evitar los gastos de comer fuera. Sin embargo, ¿alguna vez te has preguntado cómo los hoteles gestionan sus buffets sin perder dinero? The Hustle, un medio norteamericano, desvela el enigma tras analizar alrededor de 30 buffets en Estados Unidos.
¿Por qué los buffets son tan exitosos?
Los buffets despiertan una vorágine de emociones en los comensales. La variedad y la posibilidad de probarlo todo son atractivos irresistibles. Sin embargo, los hoteles son maestros en el arte de la presentación: colocan los alimentos estratégicamente, utilizando platos más pequeños para dar la ilusión de abundancia y guardando las delicias más caras para evitar pérdidas excesivas.
El truco está en la psicología del consumidor Los estudios demuestran que, al tercer día, los clientes reducen su consumo, incluso optando por alternativas más saludables. Según Pere Navalles, director del Máster de Neuromasketing de la UAB, el cerebro busca un equilibrio entre la satisfacción personal y el coste-oportunidad, lo que influye en nuestros hábitos alimenticios.
El secreto revelado: El truco de los tres días
Este fenómeno, conocido como el truco de los tres días, refleja cómo los clientes se adaptan y moderan su consumo con el tiempo. Aunque pueda parecer que los buffets están diseñados para el exceso, la realidad es que tanto los huéspedes como los hoteles encuentran un equilibrio beneficioso a largo plazo.