Esta impresionante réplica mide 58 metros de altura y pesa 140 toneladas de puro metal, convirtiéndola en una de las más bellas del mundo.
Aunque pocos lo saben, México alberga una de las mejores copias de la emblemática Torre Eiffel de Francia. A diferencia de otros países que también cuentan con réplicas, la de México es incluso más exacta y majestuosa. Sin embargo, sorprendentemente, nunca ha sido incluida en las listas internacionales de estructuras similares.
La Torre Eiffel mexicana fue encargada por la comunidad francesa en México, recordando las diversas migraciones que han existido entre ambos países desde el siglo XIX. Los primeros inmigrantes franceses llegaron bajo las órdenes de franciscanos, dominicos y jesuitas, y posteriormente se sumaron más galos durante el período del porfiriato.
Ahora, hablemos de su ubicación. Durante décadas, varios estados en México han recibido a gran cantidad de franceses, entre ellos San Luis Potosí, Veracruz, Jalisco, Sinaloa, Aguascalientes, Michoacán, Zacatecas y, por supuesto, Durango. En el municipio de Gómez Palacio, más específicamente en la esquina del bulevar Miguel Alemán y la calzada Francisco González de la Vega, se erige esta magnífica réplica de la Torre Eiffel. Una plaza en ese lugar es el hogar de esta imponente estructura.
La Torre Eiffel mexicana fue donada por Christina Collier de la Marliere, miembro destacado de la comunidad francesa, como una muestra de agradecimiento hacia la Comarca Lagunera, la región que la acogió. En sus propias palabras, «Con esto he regresado aunque sea un poco de lo mucho que me ha dado la Comarca Lagunera. Lo mejor es el sentimiento cumplido, tres monumentos para las tres ciudades que me han acogido y donde he vivido, tanto Gómez Palacio, Lerdo y Torreón».
En tu próxima visita a Durango, no puedes perderte la oportunidad de pasearte por la plaza de la Torre Eiffel mexicana.
