Es de pleno conocimiento la belleza de los canales de Ámsterdam, o la perfección arquitectónica de París. Incluso en Bélgica, Brujas y Bruselas nos dejan sin aliento. Pero algo que une en cierta medida a todas estas ciudades es una arquitectura europea en la que se pueden ver patrones a lo largo de los países.
Hoy en día, la construcción de edificios altos y funcionales para empresas u otros rubros ha crecido a pasos agigantados. Y con él, sus diseños. Ya no alcanza con tener torres llenas de pisos, es necesario hacerlas lucir modernas, diferentes, únicas. Cada ciudad comienza a buscar su propio estilo y Rotterdam destaca en originalidad, en color, en diseño, en arte y en unicidad.
Rotterdam no es igual a nada que hayamos visto. Un día en esta ciudad será suficiente para empaparse de su arquitectura y quedar maravillado. Cada calle tiene una sorpresa aguardando, en cualquier momento, podemos quedarnos boquiabiertos por algún diseño que rompe con los parámetros a los que estamos acostumbrados.
Rotterdam, un poco de historia
En 1914, la ciudad de Rotterdam empezó su expansión, derribando sus murallas y comenzando un desarrollo que acabaría en nuestros días, donde cuenta con el puerto más grande de Europa. El avance de la ciudad era muy bueno y hubiera seguido su curso natural, de no ser porque en mayo de 1940 los alemanes bombardearon la ciudad y la redujeron prácticamente a cenizas.
El episodio nazi duró sólo quince minutos, pero los efectos destructivos que originó fueron enormes y devastadores, haciendo de la ciudad una hoja en blanco para una nueva planificación. Posteriormente, después de la guerra, al fin de los años 60, comenzó la reconstrucción y sobretodo una apuesta clara por la innovación y la modernización en todos sus ámbitos, y por supuesto, en el urbano y el arquitectónico.
¿Cómo llegar?
Lo más probable es que si visitamos Holanda, no vayamos únicamente a Rotterdam. Muchos viajeros suelen pasar unos días por Ámsterdam y desde allí realizar una escapada durante el día a Rotterdam. Si alquilamos un coche y nos estamos moviendo a modo roadtrip, desde Ámsterdam hay una distancia de 73 km hacia el sur por la A4 y después por la A13.
Si llegamos en avión al Rotterdam Airport, desde finales de 2010 se ha habilitado el nuevo Airport Shuttle (linea 50) que une la parada de metro en Meijersplein con el aeropuerto en menos de 10 minutos. La frecuencia del autobús es de 15 o 30 minutos dependiendo del día y la hora. También se puede utilizar el autobús numero 33, o en horarios nocturno el autobús número 12.
Y por último, la opción mas común en Europa es viajar en tren. Desde Ámsterdam puedes llegar hasta Rotterdam en menos de una hora y media. El servicio parte desde Amsterdam Centraal y cuesta alrededor de 15 euros el trayecto (con algún descuento si se compra la ida y la vuelta en el mismo momento).
Yo utilicé este medio de transporte y no solo lo recomiendo por el excelente servicio que brindan los Países Bajos, sino porque Rotterdam Centraal es de por sí una obra maestra y es parada obligatoria en nuestra visita.
Ya estoy en Rotterdam ¿y ahora?
Al bajar de la estación de tren, si es que llegamos en ese medio de transporte, ya podremos apreciar una obra arquitectónica, como es la estación misma. Fue inaugurada en 2014 y alberga 110.000 pasajeros al día, casi tantos como el aeropuerto de Ámsterdam-Schiphol. Aquí podrán encontrar más información sobre la terminal y el proyecto de su construcción.
Al lado de la estación, se encuentra el edificio de la compañía de seguros Nationale Nederlanden y en frente, el conocido Hotel Marriott. Siguiendo derecho por la Kruisplein podremos observar algunos diseños únicos. Como el Hotel Calypso con sus oficinas y la iglesia reformista Pauluskerk.
Después de doblar a la izquierda nos toparemos con la Schouwburgplein, con un alfombrado único. Tomaremos la avenida Coolsingel y nos dirigiremos hacia el Erasmusbrug. En el camino pasaremos por el World Trade Center Rotterdam, y algunas otras construcciones menos conocidas pero de gran diseño.
Llegando al puente, nos sorprende el diseño del Inntel Hotels Center que posee una vista privilegiada. Antes de cruzar el Erasmusbrug, si bajamos hacia la izquierda veremos una plaza con un monumento, desde allí se obtiene una hermosa panorámica. Una vez ahí se puede cruzar al otro lado y recorrer la zona o ir al Markthal. Todo va a depender del tiempo que se disponga en Rotterdam. Nosotros estuvimos un día solo, por lo que nos fuimos para el mercado.
Fuimos caminando por la costa del río y cruzamos por Andre Van der Louwbrug, justo en frente del Red Apple. Es uno de los rascacielos más altos de Rotterdam y junto con el Kopblock brindan un espectáculo arquitectónico.
Una vez que lleguemos al Markthal es posible que nos quedemos unos minutos admirándolo por fuera, ya que es realmente imponente. Su frente de vidrio y su estructura semi cilíndrica, lo hacen único en materia de mercados. El Markthal es un edificio de viviendas y oficinas, que además posee la sala de mercado ubicada en el centro de la estructura. Fue inaugurado en 2014 por la Reina Máxima y el estudio a cargo de su diseño fue MVRDV.
Y si es imponente por fuera, por dentro nos deja sin palabras la decoración del techo. La obra que se nos presenta encima de nuestras cabezas es de Arno Coenen, llamada «Cuerno de Abundancia» (Hoorn des Overvloeds en holandés).
El trabajo fue realizado usando técnicas 3D digitales, y servidores especiales, los cuales utilizan en Pixar Studios para la producción de sus películas. El Markthal es una parada obligatoria en la ciudad, por su arquitectura y por los productos que ofrece. No tiene precios demasiado elevados, son similares a los que manejan los mercados centrales en otras ciudades europeas.
Uno de los últimos puntos de Rotterdam se encuentra en frente de la entrada del Markthal y son las Casas Cubo. Diseñadas por el arquitecto Piet Blom, esta construcción es única ya que son casas inclinadas a 45°. Fueron construidas a finales de los años 70 por solicitud de planificadores urbanos de la ciudad.
Desde hace unos años que se puede visitar el interior de una de estas casas para ver el diseño de los muebles y cómo es la vida allí dentro. Están ubicadas en Overblaak 70, se puede llegar en tranvía con la línea número 21 (Parada Blaak) o el metro con las líneas A, B y C (Parada Blaak). El horario de la visita es entre las 11 y las 17 horas, y tiene un costo de 3€ para adultos y 1,5€ para niños.