Ubicada en la Reserva Nacional de Fauna Andina Eduardo Abaroa, en el altiplano de Potosí, Bolivia, la Laguna Colorada es un espectáculo natural que asombra a quienes la visitan. A más de 4,000 metros sobre el nivel del mar, esta laguna destaca no solo por su impresionante altitud, sino también por su distintivo color rojo, resultado de sedimentos minerales y algas que habitan sus aguas salinas.
Con una superficie de aproximadamente 54 kilómetros cuadrados y una profundidad promedio de apenas 35 centímetros, la Laguna Colorada ofrece un escenario casi surrealista. Su vibrante coloración varía entre tonos rojos intensos y marrones, creando un contraste impactante con el cielo azul del altiplano andino. Esta maravilla natural estuvo cerca de ser reconocida como una de las 7 maravillas naturales del mundo, lo que subraya su extraordinaria belleza.
Además de su paisaje deslumbrante, la Laguna Colorada es un importante santuario para los flamencos andinos. Durante la temporada de reproducción, estos majestuosos pájaros de plumaje rosa se congregan en grandes cantidades, ofreciendo una escena única cuando se posan sobre las aguas rojizas. Este contraste entre los flamencos y el agua crea una vista que parece sacada de una película.
La mejor época para visitar la Laguna Colorada es entre marzo y julio, cuando el clima es más favorable para explorar la región sin las temperaturas extremas del altiplano. Las excursiones en jeep desde ciudades cercanas como Uyuni, Tupiza o San Pedro de Atacama en Chile son las rutas más comunes para acceder a este remoto pero fascinante lugar.
Aunque la Laguna Colorada no fue seleccionada como una de las 7 maravillas naturales del mundo, su atractivo sigue siendo irresistible. Este lugar no solo es un testimonio de la impresionante biodiversidad del altiplano boliviano, sino también un destino ideal para quienes buscan conectarse con la naturaleza en su forma más pura. Los visitantes que se aventuran hasta aquí son recompensados con paisajes que quedan grabados en la memoria para siempre.