En un descubrimiento que promete arrojar luz sobre los misterios de la antigua civilización egipcia, arqueólogos han hallado 63 tumbas de más de 2.500 años de antigüedad en una necrópolis ubicada en Damietta, Egipto. Junto a estas tumbas, se encontró un valioso tesoro que incluye objetos de oro, monedas y cerámica.
El Ministerio de Turismo y Antigüedades de Egipto anunció el hallazgo el pasado 23 de julio, destacando que estos objetos podrían revelar detalles cruciales sobre las prácticas funerarias de la época y el rol de la ciudad costera en el comercio exterior.
Entre los descubrimientos, se hallaron amuletos funerarios y estatuas ushabti, diseñadas para acompañar a los difuntos en la otra vida. Estos objetos datan de la Dinastía XXVI del Periodo Tardío (664 a 525 a.C.). También se encontraron 38 monedas de bronce dentro de un jarrón de cerámica, que pertenecen a la época ptolemaica, la dinastía que gobernó tras la muerte de Alejandro Magno.
El sitio de excavación, conocido como Tal al-Deir, es un antiguo cementerio que fue especialmente importante durante la XXVI Dinastía, pero que continuó en uso durante las épocas romana y bizantina. Según la experta en Egiptología Salima Ikram, los objetos encontrados indican que se trataba de una necrópolis rica, con una marcada estratificación social.
Los arqueólogos también descubrieron una gran tumba que contenía entierros de personas de alto estatus social, acompañadas por figuras de oro que representaban símbolos religiosos del antiguo Egipto. Este hallazgo, junto con otros anteriores en la misma necrópolis, destaca la variedad de técnicas funerarias utilizadas, desde fosas simples hasta estructuras elaboradas de adobe y piedra caliza.
El descubrimiento de amuletos de láminas de oro y monedas subraya la dicotomía en la riqueza y el estatus de los individuos enterrados en esta necrópolis, ofreciendo nuevas perspectivas sobre las complejas prácticas funerarias de la antigua civilización egipcia.