Una impresionante imagen submarina revela los restos del Teruzuki, un destructor japonés de la Segunda Guerra Mundial que yacía intacto pero cubierto de sedimentos en el fondo del océano Pacífico, oculto durante más de ocho décadas. La estructura corroída del barco —todavía reconocible entre aguas turbias y azuladas— fue captada recientemente por una expedición internacional dedicada a preservar el patrimonio marítimo.
El Teruzuki, cuyo nombre puede traducirse como “Luna Brillante” o “Luna Iluminada”, fue comisionado en 1942 como parte de la clase Akizuki, diseñada para proteger portaaviones de ataques aéreos. Sin embargo, su vida útil fue breve: el buque se hundió apenas tres meses después de entrar en servicio, durante los violentos enfrentamientos navales alrededor de Guadalcanal, una isla estratégica en el archipiélago de las Islas Salomón.
El 12 de diciembre de 1942, mientras escoltaba barcos con suministros para tropas japonesas, el Teruzuki fue alcanzado por torpedos estadounidenses en la popa, lo que provocó una explosión masiva, incendios a bordo y su posterior hundimiento. Aunque la mayoría de la tripulación, incluido el contralmirante Raizou Tanaka —apodado “Tanaka el Tenaz” por las fuerzas estadounidenses— logró sobrevivir, nueve marineros perdieron la vida.
El hallazgo fue celebrado por expertos y académicos como un valioso aporte a la memoria histórica. “Me siento muy afortunado de poder ver este barco. No habíamos visto el Teruzuki en más de 80 años, y eso subraya la importancia de registrar el patrimonio marítimo ahora”, explicó Hiroshi Ishii, miembro del equipo científico del Nautilus e investigador de la Universidad de Kioto.

“Como japonés, valoro esta oportunidad de presenciar parte de nuestra historia y de formar parte de un equipo internacional que arroja luz sobre una campaña clave para todas nuestras naciones”, agregó Ishii en diálogo con Interesting Engineering.
El descubrimiento se suma a una serie de exploraciones recientes en el Pacífico, como la del portaaviones estadounidense hundido durante la Segunda Guerra Mundial, donde investigadores hallaron un misterioso automóvil en su interior, generando un renovado interés por los secretos que aún yacen bajo el mar.


