Un hallazgo sin precedentes ha tenido lugar en el monte Ermelo, en Pontevedra, España, con el descubrimiento de la ermeloíta, un mineral que no se había visto antes en ningún lugar del mundo. Esta adición a la colección mundial de minerales destaca a España una vez más como un país de notable riqueza geológica y mineralógica.
Aunque la noticia es reciente, el descubrimiento de la ermeloíta ocurrió en 2015 gracias a un grupo de entusiastas de la mineralogía que colaboran con la Universidad de Santiago de Compostela. Estos investigadores recogieron la primera muestra del mineral en el monte gallego y, tras varios análisis y estudios a cargo de especialistas en mineralogía, lograron confirmar que se trataba de un nuevo tipo de fosfato de aluminio, distinto de cualquier otro conocido.
Lo que hace a la ermeloíta verdaderamente especial es su estructura química única: a diferencia de otros fosfatos similares, la ermeloíta carece de dos moléculas de agua, lo cual la convierte en un hallazgo de gran valor científico. Este descubrimiento es particularmente significativo, ya que actualmente solo existen algo más de 5,000 especies minerales reconocidas a nivel mundial por la Asociación Internacional de Mineralogía (IMA).
La ermeloíta se suma a otros minerales descubiertos en España, como la colomeraíta —de origen extraterrestre— y la fehrita, encontrados en los últimos años. Actualmente, el único ejemplar de este mineral se conserva en el Museo de Historia Natural de la Universidad de Santiago de Compostela, mientras que una muestra de ensayo se encuentra en el Museo Geominero en Madrid.
Este tipo de descubrimientos pone en el mapa a España como un país de gran diversidad mineralógica, además de fomentar el turismo geológico y el interés por la ciencia. La ermeloíta es un nuevo recordatorio del vasto potencial de exploración que aún queda en el territorio español, siendo Galicia una región particularmente rica, con otros tres minerales reconocidos en el pasado por la IMA.
Con cada nuevo hallazgo, se abre la puerta a nuevas investigaciones y posibilidades, tanto en el ámbito científico como en el turismo, y España se consolida como un referente en el estudio y conservación de tesoros geológicos.