Un incendio forestal de gran magnitud está golpeando el sur de Francia, donde las llamas ya han consumido más de 11.000 hectáreas y afectado a 15 municipios. El siniestro, que avanza con fuerza debido a los vientos y las altas temperaturas, dejó una persona muerta y nueve heridas.
Cerca de 2.000 bomberos trabajan sin descanso para contener el fuego, apoyados por aviones cisterna y helicópteros que realizan descargas constantes sobre las zonas más críticas. Sin embargo, el avance del incendio ha sido implacable, con al menos 25 viviendas completamente destruidas y decenas de familias evacuadas.
Las autoridades advierten que las próximas horas serán clave para frenar el avance de las llamas, mientras los equipos de emergencia continúan desplegando recursos para proteger a la población y evitar que el fuego siga expandiéndose.

El impacto ambiental y social es ya significativo, y se espera que el balance de daños aumente mientras el sur de Francia enfrenta uno de los incendios más destructivos de los últimos años.
