Dinamarca tomó una decisión histórica que marca el final de una era: a finales de 2025, PostNord, la empresa pública de correos, dejará de enviar cartas físicas después de más de cuatro siglos de tradición. La medida llega tras una caída del 90% en el volumen de correspondencia desde comienzos del siglo. Lo que antes eran 1.400 millones de cartas por año hoy son apenas 110 millones, un cambio que refleja cómo la digitalización transformó la vida de los daneses.
El país se ha convertido en un modelo global de tecnología aplicada al día a día. El 97% de las personas mayores de 15 años utiliza MitID, una plataforma que permite desde operar con el banco hasta firmar documentos oficiales y gestionar la salud pública desde el celular. Tarjetas sanitarias, licencias de conducir y notificaciones estatales ya circulan casi exclusivamente en formato digital. De hecho, solo el 5% de la población mantiene el uso del correo tradicional.
Ante este panorama, PostNord aseguró que repartir cartas dejó de ser rentable: el mercado prácticamente desapareció. A partir de 2026, Dao, una empresa privada, asumirá estas entregas, aunque con un sistema diferente: muchos usuarios deberán ir a retirar las cartas a tiendas o pagar un extra por la entrega a domicilio. El franqueo, además, se realizará solo por internet o aplicación móvil.
El adiós al correo estatal también tiene impacto social. 1.500 empleados perderán su trabajo y los clásicos buzones rojos desaparecerán de las calles danesas. Algunos ya se venden como piezas de colección, alcanzando precios que superan las 2.000 coronas. Y aunque las autoridades afirman que la mayoría no notará cambios, las organizaciones de adultos mayores alertan que quienes viven en zonas rurales o dependen de la correspondencia física pueden quedar aislados en la transición. “Muchos todavía necesitan que sus cartas lleguen puntualmente”, advirtieron desde Aeldre Sagen, una de las asociaciones más importantes del país.
Dinamarca se convierte así en el primer país del mundo en abandonar por completo el envío de cartas desde su servicio postal estatal. Un paso más hacia el futuro digital, que también despierta nostalgia por todo lo que queda atrás.
