Un nuevo estudio publicado en los primeros días de Abril sugiere que el asteroide que generó la extinción de los dinosaurios puede haber dado inicio a las selvas tropicales como las conocemos, entre ellas la amazónica.
Hace 66 millones de años, cuando los dinosaurios se extinguieron, es posible que se haya alterado la vegetación que se encuentra en las selvas tropicales. Según cree el grupo de investigadores que desarrolló este estudio, a partir de ese momento surgió nueva vegetación y nuevas flores.
El estudio fue realizado por expertos que trabajan con el Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales en Panamá, y lo que hicieron fue analizar decenas de miles de muestras de polen y hojas fosilizadas en la parte norte de Sudamérica.
Estas muestras pertenecen al momento previo a que el asteroide cayera en la Península de Yucatán, en México, durante el período Cretácico. «Nuestro equipo examinó más de 50.000 registros de polen fósil y más de 6.000 fósiles de hojas de antes y después del impacto«, explicó la doctora Mónica Carvalho, coautora del estudio, según informó el sitio de noticias BBC.
El estudio fue publicado en la revista de investigación Science, y sus hallazgos sugieren que la estructura de estas selvas tropicales cambió luego de la caída de esta roca espacial de 12 kilómetros de ancho.
«Si volvieras al día antes a la caída del asteroide, el bosque hubiese sido una cubierta abierta con muchos helechos, coníferas y dinosaurios. El bosque que tenemos hoy en día es producto de un evento (que sucedió) hace 66 millones de años«, declaró Carlos Jaramillo, coautor del estudio, al sitio de noticias New Scientist.
El equipo de investigación estima que, luego del impacto, la diversidad de las plantas se redujo en un 45%, aproximadamente, y no lograron recuperarse hasta unos 6 millones de años después. Sin embargo, las plantas con semillas se fueron extinguiendo, y fueron las plantas con flores las que comenzaron a dominar la vegetación del lugar.
Respecto a las explicaciones que ofrece el estudio de el cambio en la estructura están las siguientes: que los dinosaurios pueden haber evitado que el bosque sea denso a que se alimentaban y pisoteaban las plantas de las zonas bajas; que las cenizas del impacto ayudó a enriquecer los suelos y brindó ventaja a las plantas con flores; y que la extinción de coníferas dio lugar a las plantas con flores. A partir de esto, aclaran que no son mutuamente excluyentes.
«La lección aprendida aquí es que bajo perturbaciones rápidas… los ecosistemas tropicales no solo se recuperan; son reemplazados, y el proceso lleva mucho tiempo», finalizó Carvalho.