Chris Columbus, director de «Mi Pobre Angelito 2», teme ser deportado tras eliminar cameo de Donald Trump
La controversia rodea nuevamente a uno de los íconos del cine familiar de los años 90. Chris Columbus, director de la popular secuela «Mi Pobre Angelito 2: Perdido en Nueva York», expresó recientemente su preocupación ante una posible deportación luego de que decidiera eliminar digitalmente el breve cameo del expresidente Donald Trump en una reedición de la película. La noticia ha generado revuelo tanto en la industria del entretenimiento como en el ámbito político de Estados Unidos .
¿Qué cambios se hicieron en «Mi Pobre Angelito 2»?
Estrenada originalmente en 1992, Mi Pobre Angelito 2 contó con una escena en la que el joven Kevin McCallister (interpretado por Macaulay Culkin) entra al legendario Plaza Hotel en Nueva York y se encuentra brevemente con Trump, quien en ese momento era empresario y propietario del edificio. En la nueva reedición de Disney+ para su plataforma, esa escena fue removida en ciertos países, lo que desató una ola de comentarios en redes sociales y en la prensa conservadora estadounidense.
Según reveló The Guardian, Chris Columbus no sólo dio su aprobación a la edición, sino que además defendió la decisión como un intento por «preservar la fluidez narrativa» y evitar que la aparición del exmandatario provoque una distracción innecesaria .
Una escena, muchas reacciones
En una entrevista reciente, Columbus confesó sentirse preocupado por las repercusiones legales que podría enfrentar debido a esta decisión. «Recibí múltiples advertencias de que podría enfrentar represalias legales e incluso una posible deportación, a pesar de ser un ciudadano estadounidense», indicó el director.
¿Una amenaza legal o un gesto político?
El temor de Columbus no surge de la nada. Fuentes cercanas a figuras del entorno de Trump indicaron que el expresidente considera esta eliminación como una afrenta personal y un acto de censura política. Trump, que se ha enfrentado en numerosas ocasiones al mundo del entretenimiento y los medios de comunicación, podría incluso estar contemplando acciones legales.
Si bien el director nació en Pensilvania y, por ende, no puede ser deportado en un sentido legal, Columbus mencionó que sus abogados recibieron comunicaciones que calificó como «hostigamiento legal y amenazas inusuales», lo cual ha encendido las alarmas en el círculo cercano del cineasta .
Antecedentes del cameo de Trump
El cameo de Donald Trump ha sido fuente de debates desde hace varios años. Según Columbus, la aparición del empresario no fue voluntaria, sino una condición impuesta para poder rodar en el Plaza Hotel, del que Trump era dueño en ese entonces.
- Trump exigió ser incluido en la película como parte del acuerdo de rodaje.
- Columbus no tenía intención creativa de incluir a Trump, pero aceptó por necesidad.
- La escena fue rodada como una cortesía y terminó siendo parte del montaje final.
En entrevistas anteriores, Columbus explicó que su equipo de edición decidió mantener la escena en la versión original porque el público reaccionó positivamente durante las pruebas, pero admitió que hoy considera que su inclusión distrae del foco de la narrativa.
La política y el cine: un debate aún abierto
No es la primera vez que el mundo del cine se cruza con la arena política en tiempos recientes. La polarización en Estados Unidos ha provocado que decisiones creativas como esta sean interpretadas bajo una óptica ideológica. La supresión del cameo se suma a una serie de movimientos recientes para «ajustar» películas y series que, con el paso del tiempo, adquieren nuevas interpretaciones culturales.
Desde la cancelación de series clásicas hasta la edición de libros infantiles, el debate sobre hasta dónde debemos reescribir el contenido cultural está más candente que nunca. En este contexto, la polémica en torno a «Mi Pobre Angelito 2» se inscribe en una discusión mayor sobre cómo el arte debe o no responder a los cambios sociales y políticos.
Reacciones divididas
La eliminación del cameo ha generado reacciones mixtas:
- Defensores de la decisión aplauden la iniciativa como una forma de «despolitizar» un producto infantil.
- Críticos, en su mayoría partidarios de Trump, acusan a Hollywood de promover la «cultura de la cancelación».
- Algunos espectadores simplemente no notaron la diferencia, lo que genera cuestionamientos sobre la real importancia de la escena.
Organizaciones como la ACLU se han pronunciado en defensa de la libertad creativa, indicando que cualquier intento de penalizar a Columbus por una decisión editorial sería una grave amenaza para la libertad de expresión.
La postura de Disney
Disney, propietaria de los derechos de distribución de la película a través de 20th Century Studios, no ha emitido un comunicado oficial sobre la polémica, aunque se sabe que múltiples versiones de la película circulan con ediciones distintas según el país . En países como Canadá o Alemania, por ejemplo, la escena de Trump ya no aparece.
La multinacional ha optado por adaptar su catálogo lentamente a las nuevas sensibilidades culturales, algo que ya vimos reflejado en otras producciones dentro de Disney+, tal como explicamos en nuestro artículo sobre advertencias de contenido en clásicos de Disney.
¿Qué pasará con Columbus? 
Aunque es poco probable que Columbus enfrente una deportación literal, la presión mediática y legal podría continuar escalando. La controversia pone de relieve cómo incluso decisiones aparentemente menores pueden convertirse en bombas políticas cuando involucran figuras tan divisivas como Donald Trump.
En el ámbito internacional, la noticia ha sido recogida por medios