No hay dudas que ante una necesidad la mente puede volar en imaginación y diseñar respuestas sorprendentes para satisfacer la experiencia de las personas. Algo así es lo que sucedió en manos del director de orquesta húngaro Iván Fischer, quien, motivado por encontrar formas de disfrutar de la música en un contexto de crisis sanitaria como lo es la pandemia de coronavirus, ha diseñado una particular mascarilla.
Se trata de una inédita «mascarilla acústica», una propuesta para potenciar la experiencia de los espectadores durante un concierto. Esta herramienta de «apreciación musical» ha surgido luego de que Iván observara infinidad de opciones de mascarillas que han surgido a partir de la necesidad de usar métodos higiénicos para prevenir el contagio de Covid-19.
La mascarilla de Fischer que, es promocionada por su capacidad de mejorar la música que suena alrededor, tiene dos vasos de plástico con forma de palmas de tamaño natural unidas a las cuerdas de la mascarilla. Este singular diseño está creado para ajustarse a las orejas del usuario, que permite a los asistentes disfrutar de una acústica mejorada.
En palabras de Fischer, jefe de la Orquesta del Festival de Budapest, las mascarillas se destacan por su aptitud y ayuda a emular la acústica de la iglesia, con matices más cálidos y contornos más claros y nítidos. Tal parece que este invento está ganando popularidad entre los asistentes al concierto, siendo que decenas de personas interesadas usaron la mascarilla acústica cuando tomaron sus asientos en la actuación del viernes.
En cuanto al valor de la mascarilla acústica, la misma cuesta unos 8.000 florines (aproximadamente 27 dólares) y es posible de encontrar disponible a través del sitio web de la orquesta. Además, viene en versiones brillantes y en blanco y negro, para adecuar al estilo personal de cada usuario.
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