Tal vez las pirámides más famosas del mundo sean las de Egipto. Pero bien sabemos que esto no quiere decir que sean las únicas, ni mucho menos las más lindas. También en el norte de África hay otro sitio arqueológico que vale la pena conocer, las impresionantes pirámides de Meroë.
En pleno desierto, al este de Sudán, a lo largo de las orillas del río Nilo, se encuentra una colección de más de 200 pirámides antiguas, muchas de ellas tumbas de los reyes y reinas del Reino Meroítico que gobernó el área durante más de 900 años.
Las pirámides de Meroë, si bien son más pequeñas que las egipcias, no dejan de formar parte de un paisaje mítico e impresionante.
Construidos entre 2.700 y 2.300 años atrás, con elementos propios de las culturas del Egipto faraónico, Grecia y Roma, fueron descubiertas recién en la década de 1880, cuando el explorador italiano Giussepe Ferlini destruyó las cimas de muchas de las estructuras en busca de tesoros. Hoy en día algunas pirámides han sido restauradas, aunque otras, como podrás ver, se encuentran sin la cima.
¿Dónde quedan las pirámides de Meroë?
Meroë es una antigua ciudad en la orilla oriental del Nilo, a unos 6 km al noreste de la estación de Kabushiya, a unos 60 kilómetros de Shendi, la única localidad relativamente cerca a las pirámides. Cerca del sitio hay un grupo de aldeas llamadas Bagrawiyah. Esta ciudad fue la capital del Reino de Kush durante varios siglos.
Lo más común y práctico es llegar en autobús desde Shendi, o alquilara un coche desde el lugar donde te encuentres hospedado. También hay tours en camellos para hacer las visitas. Las pirámides se pueden ver desde la carretera, así que no vas a poder perderte.
¿Qué sucede con el turismo en Sudán?
Aunque las pirámides son una de las principales atracciones para los turistas de Sudán, el turismo ha sufrido demasiado por una serie de sanciones económicas impuestas por varias naciones occidentales a lo largo de la guerra civil del país y el conflicto en Darfur.
Según los informes oficiales, Sudán recibe menos de 15,000 turistas por año, cuando años anteriores a las sanciones podía recibir alrededor de 150,000 turistas por año.
Esto se suma a que las visas para ingresar al país requieren una enorme cantidad de trámites burocráticos. Sin embargo, para los viajeros que se animan a visitar este país, algunas cosas nunca cambian; la hospitalidad de su gente sigue siendo algo emocionante, y para casi todos los que visitan este país, el viaje se vuelve algo tan revelador y gratificante que muchos elegirán a Sudán como su país africano favorito.