Rumania dio luz verde a uno de los proyectos turísticos más ambiciosos de su historia con el anuncio oficial de Drácula Land, un megaproyecto que combinará entretenimiento, tecnología y mitología en un complejo pensado para atraer visitantes de todo el mundo. La iniciativa se desarrollará en un predio de 160 hectáreas ubicado en las cercanías de Bucarest y contará con una inversión estimada en más de 1.080 millones de dólares, una cifra que marca la magnitud del plan y su impacto esperado en la economía local.

El eje central del proyecto será un parque temático de 780.000 metros cuadrados, diseñado como una experiencia completamente inmersiva. Estará dividido en seis grandes zonas inspiradas en el universo gótico y mitológico de Drácula, un personaje profundamente ligado a la identidad cultural del país. Cada área tendrá una ambientación propia, con escenarios oscuros, arquitectura monumental y narrativas que remiten a leyendas, castillos y criaturas del imaginario medieval.
Dentro del parque se desplegarán más de 40 atracciones, entre ellas montañas rusas de alta intensidad, simuladores tecnológicos y experiencias interactivas que buscarán involucrar al visitante en la historia del lugar. A esto se sumarán espectáculos en vivo, con producciones escénicas pensadas para reforzar el clima misterioso y teatral que define al complejo.
Pero Drácula Land irá mucho más allá de un parque de diversiones tradicional. El plan contempla la construcción de hoteles temáticos, una amplia oferta de restaurantes ambientados, un centro comercial y una arena con capacidad para 22.500 personas, preparada para albergar conciertos, eventos deportivos y grandes producciones internacionales. De esta manera, el complejo funcionará como un destino integral, pensado para estadías prolongadas y turismo de gran escala.

Uno de los aspectos más novedosos del proyecto es su enfoque tecnológico. Además del entretenimiento, Drácula Land incorporará una incubadora de startups y espacios dedicados al desarrollo digital, con el objetivo de fomentar la innovación y atraer talento vinculado a la tecnología y la creatividad. Esta combinación busca posicionar al complejo no solo como un ícono turístico, sino también como un nuevo polo de desarrollo económico y tecnológico para Rumania.
Con esta apuesta, el país apunta a reforzar su presencia en el mapa turístico europeo, aprovechando una de sus figuras más emblemáticas y transformándola en una experiencia moderna, de gran escala y proyección internacional.




