Un cambio polémico en la política militar de Estados Unidos
El Departamento de Defensa de Estados Unidos ha anunciado recientemente una nueva directiva que ordena la evaluación médica obligatoria de todos los soldados transgénero a partir del año 2025. Esta medida podría derivar en la expulsión de aquellos miembros de las fuerzas armadas que no cumplan con los parámetros establecidos por el gobierno federal, reavivando el debate sobre los derechos de las personas transgénero dentro del ejército estadounidense.
Esta acción ha generado una fuerte controversia tanto en el ámbito nacional como internacional, y se percibe por muchos como un retroceso en los avances logrados durante los últimos años en materia de derechos LGBTQ+.
¿Qué implica la nueva directiva?
A partir del 1 de enero de 2025, todos los efectivos de las fuerzas armadas identificados como transgénero deberán someterse a una evaluación médica para determinar su «idoneidad» física y psicológica para prestar servicio militar. Según voceros del Pentágono, este examen tiene como objetivo garantizar la «preparación médica y operativa» de los soldados.
Las consecuencias de los resultados
Dependiendo del resultado de estas evaluaciones, los soldados podrán enfrentar:
- Reasignación a funciones no operativas
- Licencia médica obligatoria
- Expulsión del servicio activo
Estas medidas han sido criticadas por activistas y asociaciones de derechos humanos, quienes denuncian una clara discriminación basada en la identidad de género. En contraste, los defensores de la directiva argumentan que se trata de un tema meramente técnico que busca preservar el rendimiento y la disciplina militar.
Contexto histórico: la inclusión trans en las fuerzas armadas
La historia de la participación de personas transgénero en el ejército de EE.UU. ha sido profundamente marcada por cambios de políticas en función de las administraciones presidenciales.
- En 2016, durante la presidencia de Barack Obama, se permitió por primera vez que soldados transgénero sirvieran abiertamente.
- En 2017, la administración de Donald Trump implementó una prohibición efectiva, alegando preocupaciones de gastos médicos y logística.
- En 2021, el presidente Joe Biden revirtió esta medida, restaurando el derecho de los soldados trans a servir plenamente en las fuerzas armadas.
Ahora, con la implementación de estos nuevos controles en 2025, muchos temen que Estados Unidos esté dando pasos atrás en materia de inclusión y equidad.
Reacciones dentro y fuera del país 
La medida ha generado reacciones inmediatas tanto en el Congreso como en las redes sociales, así como en organizaciones por los derechos civiles:
Reacción de los grupos LGBTQ+
Organizaciones como la Human Rights Campaign y GLAAD han denunciado que esta política:
- Estigmatiza a los soldados transgénero y refuerza estereotipos negativos que vinculan la identidad de género con inestabilidad psicológica.
- Puede afectar gravemente la salud mental de los soldados que se verían forzados a ocultar su identidad o a enfrentar procesos médicos invasivos.
- Representa una forma indirecta de exclusión sistemática bajo la apariencia de un procedimiento rutinario.
Voces dentro del ejército
Según reportes recopilados por The Washington Post, miembros activos del ejército que se identifican como trans expresaron sentirse “traicionados” y “vulnerables” frente a esta nueva política. Algunos ya han comenzado a considerar su retiro voluntario antes de la implementación de la normativa.
¿Qué dice el gobierno estadounidense?
El Pentágono, en un comunicado oficial, explicó que la medida tiene como fin “garantizar que todos los miembros del servicio estén médicamente aptos para cumplir con sus deberes” y aclaró que “estas evaluaciones no tienen un enfoque discriminatorio, sino funcional”.
No obstante, activistas advierten que esta retórica ha sido usada históricamente para justificar exclusiones veladas. Según el RAND Corporation, los costos asociados a los tratamientos médicos de soldados transgénero representan menos del 0.1% del presupuesto militar anual, lo cual pone en duda la justificación económica detrás de estas medidas.
¿Qué impacto puede tener esta política?
Consecuencias en la moral y cohesión del equipo
Investigaciones realizadas por entidades como el American Medical Association han demostrado que la inclusión de personas trans en las fuerzas armadas no afecta negativamente la cohesión de los equipos ni el rendimiento general. De hecho, contribuir a un entorno de trabajo diverso y respetuoso puede aumentar la moral general en cuerpos militares.
Posibles desafíos legales 
Ya se preparan demandas colectivas y recursos legales que podrían impedir la implementación de la norma. Grupos como American Civil Liberties Union (ACLU) planean impugnar judicialmente la directiva argumentando que contraviene la Constitución de los Estados Unidos, en particular los principios de igualdad ante la ley contemplados en la Enmienda 14.
¿Un paso atrás en la inclusión?
Este nuevo enfoque por parte del gobierno estadounidense podría tener repercusiones globales. Estados Unidos ha sido históricamente un referente en materia de derechos humanos. Si se materializa esta nueva política, podría enviar una señal preocupante a otros países que siguen lidiando con la integración de minorías sexuales y de género en sus fuerzas armadas.
Para conocer más sobre avances en derechos LGBTQ+ en el mundo, puedes leer nuestro artículo sobre la comunidad LGBTQ+ en la lucha por la igualdad.
Conclusión: Una decisión que arriesga la inclusión
La implementación en 2025 de controles médicos obligatorios para soldados transgénero en Estados Unidos representa un punto de inflexión en la política de inclusión dentro del ejército. Mientras el Pentágono insiste en que se trata de un procedimiento de rutina médica, diversos sectores de la sociedad civil y organismos internacionales lo perciben como un ataque velado hacia una comunidad históricamente