El barbijo más caro del mundo existe, y los responsables se muestran totalmente orgullosos de ello. Se trata de un encargo realizado por la marca israelí de joyería Yvel, quienes han fabricado la mascarilla a pedido de un excéntrico coleccionista de arte chino que vive en Estados Unidos.
Al parecer, la razón detrás de la mascarilla para combatir el COVID-19 implica considerar la importancia del «arte en lugar de ostentación«. Al menos así lo dicen los joyeros israelíes que se encomendaron la ambiciosa tarea de elaborar un tapabocas valuado en 1,5 millones de dólares para un cliente anónimo que reside en Estados Unidos.
Esta semejante «obra de arte» está hecha de oro de 18 quilates y adornada con 3.600 diamantes blancos y negros. Según han indicado desde la marca de joyería Yvel, la mascarilla estará equipada con un filtro N99 para ofrecer un alto nivel de protección.
La mascarilla, en la que trabaja un equipo de unos 25 artesanos, puede resultar una excesiva muestra de lujo, más considerando estos tiempos de crisis económica que se viven como consecuencia de la irrupción en las actividades rutinarias.
Isaac Levy, dueño de la marca de joyería Yvel, expresa: «Para mucha gente alrededor del mundo puede ser la mascarilla más cara del mundo y tal vez eso sea importante… Para nosotros, es una forma de proteger los puestos de las personas en la fábrica para que puedan mantener a sus familias«.
Según ha trascendido por parte de la compañía, asumen que el beneficiario de gozar el barbijo más caro del mundo tiene como intención sumarlo a su colección de arte, y no utilizarlo realmente para salir de su casa o dirigirse a hacer las compras en el supermercado.
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