El Big Ben volverá a sonar nuevamente en conmemoración al fin de la Primera Guerra Mundial, tras 5 años de restauración. Se trata de un acto tradicional en el marco de una fecha que coincide con el domingo siguiente al 11 de noviembre, día en que el Reino Unido conmemora el armisticio de la Primera Guerra Mundial.
Según han anunciado, tras cinco largos años de restauración, el Big Ben londinense -probablemente el reloj más famoso del mundo-, saldrá oficialmente de su silencio el próximo domingo para volver a marcar el ritmo de los días en la capital británica. De esta manera, muchos volverán a reunirse allí el domingo a las 11.00 GMT para oír de nuevo el sonido de este símbolo y emblema de Londres.
La torre se completó en 1858 y el reloj comenzó a funcionar el 7 de septiembre de 1859. La campana principal, llamada oficialmente Great Bell pero más conocida como Big Ben, es la campana más grande de la torre y forma parte del reloj. El método para ajustar la hora sigue siendo muy tradicional: se utilizan monedas antiguas para añadir o quitar peso a los gigantescos muelles del reloj, lo que permite ganar o perder un segundo.
Las campanas volverán a sonar cada cuarto de hora mientras la campana principal lo hará cada hora, como durante los 158 años anteriores a la renovación. Así, con su inmensa y característica campana de 13,7 toneladas, el gran reloj que domina el Parlamento británico retomará su actividad habitual tras una minuciosa limpieza de las más de 1.000 piezas que componen su mecanismo, según informó la agencia de noticias AFP.
En agosto de 2017, una multitud se congregó en Westminster para escuchar los últimos tañidos de sus cinco campanas de hierro fundido y algunos incluso derramaron una lágrima. Cabe destacar que en los últimos cinco años, el Big Ben sí sonó pero lo hizo en contadas ocasiones utilizando un mecanismo eléctrico sustitutivo, la última para el funeral de la reina Isabel II, fallecida en septiembre.
La torre alberga el reloj de cuatro caras más grande del mundo, y es la decimocuarta torre de reloj más alta del mundo. Curiosamente, a pesar de ser una de las atracciones turísticas más famosas del mundo, el interior de la torre no está abierto a visitantes extranjeros. Los residentes en el Reino Unido pueden solicitar una visita con antelación a través del Parlamento: la torre no tiene ascensor, por lo que los visitantes deben subir 334 escalones de piedra hasta la parte superior.