En lo profundo del distrito de Maranganí, en la región de Cusco, Perú, se esconde un fascinante fenómeno geotérmico que ha ganado el apodo de «el volcán más pequeño del mundo». Aunque su diminuto tamaño lo distingue, lo que realmente lo hace sobresalir es la alta temperatura de sus aguas, que pueden alcanzar hasta los 50 grados centígrados. Este géiser, ubicado en la comunidad de Occobamba, es parte del balneario ecoturista Aguas Calientes, un destino cada vez más popular entre los viajeros que buscan una experiencia de relajación y bienestar.
El «volcán más pequeño del mundo» se eleva apenas 25 centímetros sobre la superficie, con un cráter de tan solo 9 centímetros de diámetro. Aunque estas dimensiones puedan parecer insignificantes, el espectáculo geotérmico que ofrece es impresionante. En intervalos regulares, expulsa chorros de agua caliente y vapor, transformándose en un espectáculo visual que deja asombrados a quienes lo visitan.
Más allá de su belleza natural, este géiser es también conocido por las propiedades curativas de sus aguas. Los minerales que contiene, como azufre, magnesio y calcio, tienen efectos beneficiosos para la salud, desde aliviar dolores musculares y articulares hasta mejorar la circulación sanguínea y desintoxicar la piel. Bañarse en estas aguas termales no solo ofrece una experiencia relajante, sino también una oportunidad para rejuvenecer cuerpo y mente.
El balneario de Aguas Calientes, donde se encuentra este géiser, ofrece además de sus baños termales, un entorno natural tranquilo y revitalizante. Para los aventureros que desean experimentar este fenómeno, el viaje comienza en Cusco, seguido por un recorrido hacia Sicuani y luego hacia la comunidad de Occobamba, donde el géiser espera a los visitantes con sus aguas termales humeantes.
A pesar de su pequeño tamaño, este volcán en miniatura es una verdadera joya natural que no debes perderte si visitas la región de Cusco.