En Finlandia, un plan turístico fuera de lo común está ganando cada vez más popularidad: convertirse en pastor de ovejas durante una semana. Lejos de resorts y comodidades modernas, esta experiencia invita a los vacacionistas a instalarse en granjas tradicionales sin electricidad, donde deben encargarse del cuidado de los animales y de la vida rural.
El programa, impulsado por el gobierno, busca revivir la actividad ganadera, que en las últimas décadas ha disminuido notablemente. Este descenso no solo impactó la economía, sino también el ecosistema local, ya que sin las ovejas se multiplican los matorrales y plantas invasoras que alteran el paisaje natural.
Los seleccionados, elegidos mediante sorteo, deben pagar hasta 670 euros por la experiencia, que incluye tareas como contar ovejas, revisar cercas, pescar, bañarse en el lago y leer. Lo curioso es que no hay televisión, internet ni teléfonos: un verdadero regreso a la vida simple y sin distracciones tecnológicas.
La propuesta ha despertado un enorme interés. Este año, la oficina gubernamental recibió 12.764 solicitudes, pero solo 158 familias fueron elegidas para vivir la experiencia.
Más allá de ser una forma diferente de vacacionar, este plan es también un llamado a reconectar con la naturaleza y valorar oficios tradicionales que se encuentran en riesgo de desaparecer.
Y vos, ¿te animarías a pasar una semana como pastor de ovejas?
¿Qué actividades similares podrían funcionar en Latinoamérica?
