Algunos ciudadanos chinos han tenido que lidiar con una enorme monstruosidad debido a un enorme rascacielos que permanece sin ser usado ni terminado desde hace más de 10 años.
El edificio Goldin Finance 117 en el norte de China iba a convertirse en el quinto edificio más alto del mundo cuando estuviera terminado, pero esto parece muy poco probable en este momento.
La construcción de la enorme estructura en el distrito de Xiqing, Tianjin, China, comenzó en 2008, pero desde entonces ha tenido que enfrentar obstáculos tras obstáculos.
El edificio, apodado El Bastón por su forma, fue rematado en 2015 a una altura de 600 metros y tiene 128 plantas sobre el suelo.
Inicialmente, el rascacielos estaba destinado a ser la pieza central de una zona residencial de alto nivel y un distrito comercial en Tianjin como parte del plan Goldin Metropolitan del multimillonario Pat Sutong.
Poco después de que el proyecto comenzara, se suspendió en 2010 debido a la agitación económica mundial entre 2007 y 2009. En 2011 se reanudó la construcción, pero el gobierno chino detuvo el proyecto indefinidamente en 2018 cuando prohibió los rascacielos que superaran los 500 metros.
El plan de Sutong estaba dirigido a los superricos y se esperaba que tuviera múltiples residencias residenciales con torres comerciales, un museo del vino, extensos jardines e incluso un club de polo.
Los planos del Goldin Finance 117 incluían un atrio en forma de diamante, la plataforma de observación más alta del mundo, una piscina, un restaurante y un sky bar.
Desde entonces, el edificio se puso a la venta, pero aparentemente no ha atraído muchos interesados y no ha habido intentos de resucitarlo.
Según se informa, la prohibición de China de construir edificios de 550 metros se debió a preocupaciones de seguridad. También restringió la planificación y construcción ciegas de rascacielos de gran altura, según un documento traducido del aviso del Ministerio de Vivienda y Desarrollo Urbano-Rural de China.
El comunicado también decía: «Está prohibido plagiar, imitar y copiar» diseños en nuevas instalaciones públicas.
En última instancia, esta medida alentó a los arquitectos a centrarse en revivir edificios de estilo cultural chino en lugar de imitar estilos extranjeros.
«Las construcciones urbanas son la combinación de la imagen externa y el espíritu interno de una ciudad, revelando la cultura de la ciudad», dice el comunicado.
Continuó esperando que una «nueva era» de la arquitectura se extendiera por todo el país para «fortalecer la confianza cultural, mostrar las características de la ciudad, exhibir el espíritu contemporáneo y mostrar las características chinas».
Estas directrices contra la arquitectura extranjera fueron muy bien recibidas en las redes sociales chinas.
