Los bolsos aún están vacíos, cada minuto que pasa sabes que el viaje está más cerca. Pero
no es un viaje normal y corriente, es el viaje de tu vida, el viaje con el que soñaste siempre.
Además de una sensación de miedo que siempre nos provoca lo nuevo, lo desconocido albergas un estado de tranquilidad y paz que nunca habías tenido. estás más cerca de dejar atrás la furia de la ciudad, el stress diario, la rutina y esa zona donde las obligaciones terminan llevándote a un lugar mental en el que nos quedamos paralizados mirando como pasa la vida. ¿Porqué cuesta tanto salir de la zona de confort? Dejar todo atrás para disfrutar de lo que realmente nos hace felices, abandonar nuestra vida monótona y rutinaria.
Antes de decir que no, pensá que algún día te vas a morir. Somos tan básicos que nos negamos a muchas cosas sin conocerlas, ¿cuantas veces dijimos que algo no nos gusta sin siquiera probarlo? Miedo, maldito miedo!
Basta de buscar la felicidad en cosas materiales, ahí no está la felicidad real. ¿Qué te interesa? ¿Tener un celular nuevo? Ese aparato que en 2 meses ya te queda viejo. Lo que realmente vas a atesorar y a guardar en la retina de tus pupilas para siempre son las experiencias, los recuerdos, las historias, esas historias que podrás compartir infinidad de veces.
Viajar te enriquece el alma, abre tu cabeza, te permite conocer diferentes culturas, conocer gente nueva, hablar el idioma universal del viajero, con señas y muecas, a veces sin entender casi ni una cuarta parte de lo que el otro está intentando decirte.
Coraje, fuerza y huevos es lo que hace falta para patear el tablero y decir basta en pos de cumplir los sueños. Definitivamente hay que animarse a más. La vida es una sola y hay que vivirla intensamente, pensar en la felicidad propia y darle para adelante, sin prejuicios, solo disfrutar, de eso se trata.
Si no es ahora, ¿cuando?
