El próximo Mundial de la FIFA 2026, que se celebrará en Estados Unidos, Canadá y México, podría convertirse en el torneo más desafiante de la historia, no por el nivel de juego, sino por las condiciones climáticas extremas que amenazan su desarrollo.
Un informe titulado “Pitches in Peril”, elaborado por las organizaciones Football For Future y Common Goal, con datos de Jupiter Intelligence, advierte que 14 de las 16 sedes ya superan los umbrales de seguridad para la práctica del fútbol debido a tres factores: calor extremo, lluvias impracticables e inundaciones.
Un riesgo para jugadores y fanáticos
El estudio subraya que los riesgos no solo comprometen el rendimiento deportivo, sino también la salud y el bienestar de futbolistas, árbitros, personal de apoyo y aficionados. El estrés por calor puede derivar en deshidratación, golpes de calor e incluso emergencias médicas durante los partidos. Por su parte, las lluvias torrenciales y las inundaciones pondrían en jaque la infraestructura de los estadios y la logística de desplazamientos, aumentando la probabilidad de suspensiones o retrasos en el calendario.
Los investigadores advierten que, de no tomarse medidas, el Mundial podría enfrentar interrupciones sin precedentes en la historia reciente del fútbol. “Los efectos del cambio climático ya no son una amenaza futura, sino una realidad presente que golpeará de lleno al torneo más importante del planeta”, señala el informe.
Cambios necesarios en la organización
Para mitigar el impacto de estas condiciones, el informe recomienda a la FIFA implementar protocolos de adaptación. Entre las medidas sugeridas figuran:
- Revisar los horarios de los partidos, priorizando franjas más frescas del día.
- Instalar infraestructuras de climatización y drenaje reforzado en los estadios.
- Capacitar a jugadores y equipos médicos en protocolos de emergencia relacionados con el calor y la humedad.
- Fortalecer planes de transporte y acceso seguro para los aficionados ante escenarios de lluvias intensas.
Además, el documento enfatiza que este Mundial debería convertirse en un punto de inflexión para el fútbol global en su relación con la crisis climática. “El deporte más popular del mundo no puede permanecer ajeno a la mayor amenaza de nuestro tiempo”, sostienen los autores.

El fútbol frente a la crisis climática
No es la primera vez que el impacto climático genera polémica en el fútbol. Durante el Mundial de Catar 2022, las altas temperaturas forzaron a trasladar el torneo al invierno boreal por primera vez en la historia. Ahora, a pesar de celebrarse en países con climas variados, el 2026 enfrenta un panorama aún más complejo debido al aumento sostenido de las temperaturas globales y la intensificación de fenómenos meteorológicos extremos.
Los especialistas remarcan que las decisiones que se tomen en los próximos meses serán determinantes no solo para garantizar el éxito del Mundial 2026, sino también para establecer un precedente global sobre cómo los grandes eventos deportivos deben adaptarse a la crisis climática.
“Si el fútbol quiere seguir siendo un espectáculo seguro y sostenible, deberá replantear cómo y dónde se celebran sus competencias”, concluye el informe.

