¿Imaginan un lugar en el ‘caribe sudamericano’ donde se combine playa, agua cálida, buenas olas para surfear y un atardecer diferente cada día? Bueno, para los amantes del mar y la playa, les comento que existe este lugar y que se encuentra en Ecuador.
Me refiero a Montañita (como también la llaman, la «Ibiza sudamericana»). Su ubicación geográfica es en la costa del Océano Pacífico, y está ubicado en la Provincia de Santa Elena, entre las ciudades de Salinas y Manta. Es el pueblo más importante de la costa ecuatoriana y todos los años llegan miles de visitantes a este pueblo de casi 5.000 habitantes (en realidad, parece que vive menos cantidad de gente).
Pasé 13 excelentes días junto a dos amigos, y llegamos a este lugar porque según comentarios y opiniones en diversos foros, era un lugar “muy económico, con mucha buena onda e ideal para surfear”. Y era verdad.
Cómo llegar
Para llegar hasta ‘el pueblo hippie’, como le dicen (aunque esta fama no es tal, sino que se la crearon porque es un lugar tranquilo de día, con libertad y muy buena onda, y que de noche tiene movimiento), uno debe llegar -si es que va en avión desde otro país- hasta la ciudad de Guayaquil, y luego desde ahí tomarse un colectivo en la empresa Libertad Peninsular, que tiene horarios de salida hasta las 18 hs, y con una duración hasta Montañita de tres horas. El precio del pasaje es de 6 dólares.
Seguridad
Un aspecto importante cuando viajo a otro lugar y que siempre me pregunto, es si es seguro o no. Bueno… hay buenas noticias, ya que jamás en toda la estadía me tocó presenciar algún momento incómodo o de inseguridad. Casi no existe (digo casi, porque siempre está la excepción) y según el relato de los propios nativos, lo peor que puede pasar es algún que otro descuido de alguien que se olvide algo, y donde siempre puede aparecer algún oportunista. Pero nunca en toda la estadía, pasó algo raro o que involucre algún episodio de inseguridad. Es muy seguro el pueblo, en ese aspecto.
Todo en un sólo lugar
Lo que caracteriza a Montañita, y para definirlo de alguna manera simple, es que es un lugar sencillo, con buena energía y donde si te vas a quedar -como nosotros- por casi dos semanas, te terminás conociendo a todo el mundo. Son los mismos rostros todos los días, los mismos negocios, vendedores, artesanos, y gente en la playa tocando la guitarra o disfrutando alguna cerveza; lo cual hace imposible que alguien no socialice e interactúe con la gente.
Otras de las particularidades del pueblo ‘buena onda’, es la cantidad y variedad de alojamiento: está lleno de hostels por todos lados, de la calidad y precios que desees. Desde los 6 hasta 25 dólares por habitación por noche.
Hay que destacar que es un lugar muy económico en todo aspecto. La moneda que se maneja es el dólar americano. Todo es accesible. Comida desde 1,5 dólar. Tragos y cervezas desde los 2 dólares, alquiler de sombrillas y reposeras por 3 dólares. Viaje promedio en taxi, 2 dólares. Lo único caro del lugar (por lo menos para quienes somos argentinos) es la botella de Fernet -que cuesta unos 60 dólares- y la yerba para el mate, casi al mismo valor por paquete.
Y además, todo el movimiento no escapa de tres o cuatro manzanas. Siempre vas a dar las mismas vueltas, vas a ver los mismos negocios, mismos hostels, y lo más importante -que es la otra cualidad del lugar- los mismos puestos de bebidas. Montañita tiene una calle-peatonal dedicada a puestos de cócteles, donde la movida nocturna es juntarse allí a tomar unos tragos, dar unas vueltas, y después entrar a algunos de los bares que ofrece este cálido lugar. La fiesta arranca bien temprano y continúa hasta las 4 de la mañana, donde todo termina con alguna fogata en la playa para quienes desean seguir después de esa hora.
Pero no sólo es noche
El día tiene mucho para ofrecer. La zona exclusiva donde se junta la gente, es la situada delante del gigante hotel con aspecto hindú “Dharma” (nosotros nos alojamos en el Hostel “Esperanto”, ubicado detrás de éste, a 30 mts del mar. Inmejorable ubicación, por un muy buen precio). La playa es una extensa área de unos 700 mts de largo, donde el agua cálida deslumbra a los visitantes y donde se practica la principal atracción y deporte del lugar: el surf. Llegan especialistas de diferentes lugares del mundo a probar las grandes olas que ofrece el lugar. Algunos inexpertos -entre los cuales me incluyo- se animaron y probamos la adrenalina que se siente al subirse a una tabla y surfear. Fue lo que más me apasionó realizar en Montañita. Lo hice por tres días seguido y lo volvería a hacer.
Dejo para lo último, el punto máximo que tal vez destaca a Montañita:
Los atardeceres
¿Por qué lo digo en plural?, porque cada uno es -literalmente- diferente, variado, distinto, singular… Cada ‘caída’ del Sol lo hace único e irrepetible, mezclando los hermosos colores rojo, amarillo y naranja reflejándose en el océano. Imposible no sacar una foto cada día a este espectáculo que arranca a las 6 de la tarde y que ofrece unos 20 minutos de exhibición.
En definitiva, repito, si te gusta la playa y el mar, en algún momento tenés que visitar Montañita, un lugar diferente a otros y que sin dudas, generó en mí una “revolución interna” única, por su buena energía, buena vibra y por la onda de la gente.