Francia, el país más visitado del mundo, acaba de tomar una decisión que podría cambiar la forma en que millones de personas viajan por sus cielos: subir el impuesto a los vuelos comerciales. La medida entrará en vigor en las próximas semanas y ya encendió las alarmas en el sector aéreo. Incluso Ryanair amenaza con recortar sus operaciones en el país.
La nueva estrategia del gobierno francés apunta a limitar el turismo masivo y, al mismo tiempo, fomentar un modelo más sostenible. ¿La vía elegida? Aumentar el coste de los boletos de avión a través del “impuesto solidario sobre los billetes de avión”, conocido como TSBA o también como el “impuesto Chirac”, en honor al expresidente que lo instauró hace casi dos décadas.
¿Qué es el TSBA y por qué sube ahora?
El TSBA es un impuesto que se aplica a los billetes de avión y cuyo objetivo es financiar programas de ayuda internacional. Sin embargo, desde el gobierno de Emmanuel Macron ahora lo venden también como una medida ecológica y de justicia fiscal.
“La gente más rica es responsable de la mayoría de los vuelos y, por tanto, de una gran parte de las emisiones de CO₂. Es justo que paguen más”, defendió Amélie de Montchalin, ministra de Cuentas Públicas.
La subida del impuesto no es sorpresa. Ya estaba contemplada en el presupuesto de 2025 que, de hecho, le costó el puesto al entonces primer ministro Michel Barnier. Pero será a partir del 1 de marzo cuando empiece a aplicarse y afecte directamente a los precios de los vuelos.
¿A cuánto sube el impuesto?
La nueva tarifa del TSBA dependerá de la distancia del vuelo y del tipo de billete. Se establecieron tres categorías principales:
- Vuelos dentro de Francia y Europa
- Destinos intermedios
- Destinos lejanos (más de 5.500 kilómetros)
Y también hay diferencias según la clase en la que viaje el pasajero. Los que vuelen en turista pagarán menos que los de business o quienes viajen en jets privados, quienes verán incrementos mucho más significativos.
Las aerolíneas, en pie de guerra
La decisión del gobierno no cayó nada bien entre las aerolíneas. Algunas compañías advierten que trasladarán el coste al precio final de los billetes, encareciendo así los vuelos desde y hacia Francia. Ryanair, conocida por su modelo de bajo costo, ya anunció que podría recortar operaciones si la medida se mantiene.
El incremento del TSBA se suma a una política más amplia de Francia para desincentivar los vuelos de corto recorrido, especialmente cuando existen alternativas en tren. Esto forma parte del plan nacional para reducir las emisiones de carbono y fomentar un turismo más controlado.
¿Será el principio del fin del turismo masivo en Francia?
Con casi 90 millones de turistas internacionales en 2024, Francia sigue siendo el destino más visitado del mundo. Sin embargo, el nuevo escenario podría marcar un antes y un después para el sector. Si el aumento de los costes logra disuadir a algunos viajeros y redirigir el turismo hacia un modelo más sostenible, podría servir como ejemplo para otros países europeos.
Por ahora, lo que es seguro es que volar desde Francia será más caro… y puede que viajar al país también.
