En el corazón de la Patagonia norte, Caviahue y su entorno dentro del Parque Provincial Copahue ofrecen un escenario natural difícil de igualar: cascadas escondidas, termas humeantes, araucarias milenarias y un volcán activo que convierten este rincón de Neuquén en uno de los destinos más impactantes de Argentina.
El viaje comienza en Caviahue, un pueblo rodeado de montañas y bosques de pehuenes que supera los 30 metros de altura. A orillas de su lago de aguas volcánicas, la tranquilidad del entorno invita a recorrer senderos que conducen a las Siete Cascadas o a la Cascada Escondida, rincones que parecen sacados de un cuento. En invierno, la zona se transforma en un centro de esquí y aventura, donde se puede deslizar en raquetas o motos de nieve en medio de un paisaje blanco.

A pocos kilómetros, aparece uno de los grandes tesoros de la Patagonia: el Salto del Agrio. Allí, el río se desploma desde 45 metros de altura formando una olla natural rodeada de paredes teñidas en tonos naranjas, verdes y amarillos gracias a los minerales del suelo volcánico. La postal resulta tan sorprendente como hipnótica.
Otro atractivo imperdible son las Termas de Copahue, reconocidas mundialmente por sus aguas, fangos y algas de propiedades curativas. Llegar hasta ellas ya es una aventura: en verano se accede en vehículo, mientras que en invierno se arriba en excursiones con orugas o motos de nieve. La recompensa es única: sumergirse en aguas termales al aire libre, rodeado de montañas nevadas.

El recorrido culmina en el volcán Copahue, de 2965 metros de altura. Una travesía de cinco horas lleva hasta su cráter, donde una laguna humeante y las vistas infinitas de la cordillera regalan la sensación de estar frente a uno de los paisajes más asombrosos del país.
Neuquén esconde muchos tesoros, pero pocos tan intensos como este. Caviahue y Copahue combinan en un solo destino la fuerza de la naturaleza y la calma de la cordillera, un lugar que merece estar en la lista de todo viajero que busque experiencias inolvidables en la Patagonia.


