Una experiencia angustiante marcó el vuelo AR1639 de Aerolíneas Argentinas, que partió de Bariloche con destino a Buenos Aires. Apenas 20 minutos después del despegue, los pasajeros se vieron sumidos en una situación caótica cuando problemas técnicos inesperados obligaron al avión a realizar un aterrizaje de emergencia en Neuquén.
Los relatos de los pasajeros ofrecen un vistazo a la tensión y el miedo que se apoderaron de la cabina durante el incidente. Nicolás, uno de los viajeros afectados, compartió su vivencia con Arriba Argentinos, detallando los momentos de incertidumbre y peligro que experimentaron.
«Nos encontrábamos en pleno ascenso cuando, de repente, comenzamos a sentir un intenso calor en la cabina y una presión inusual en los oídos», explicó Nicolás, describiendo el inicio de la pesadilla aérea. «El olor a quemado y a combustible inundó el avión, generando un temor palpable entre los pasajeros», agregó, destacando la gravedad de la situación.
El vuelo, que transportaba aproximadamente a 160 personas, se vio obligado a descender rápidamente debido a problemas de presurización de la cabina, según anunció el piloto.
El aterrizaje de emergencia, que normalmente es un procedimiento rápido, se prolongó en medio de la preocupación y el malestar de los pasajeros. Una vez en tierra, la situación no mejoró, ya que los pasajeros quedaron varados en el aeropuerto durante horas, con asistencia médica limitada y dificultades para atender a los niños debido a la falta de personal capacitado.
Aunque algunos pasajeros lograron asegurar alojamiento, la prioridad se otorgó a aquellos con menores a su cargo o problemas de salud, dejando a otros en una situación difícil.
La resolución del incidente llegó con la llegada de una aeronave procedente de Buenos Aires, que finalmente pudo trasladar a todos los pasajeros a su destino, mientras que el avión afectado permaneció en tierra hasta que se resolvieran los problemas técnicos que provocaron el aterrizaje de emergencia.