La ciudad de Nueva York celebró el miércoles la inauguración de una nueva terminal en el aeropuerto de LaGuardia, en medio de la enorme crisis del transporte aéreo debido a la pandemia de coronavirus.
En su rueda de prensa diaria, el gobernador del estado de Nueva York, Andrew Cuomo, aseguró que cuando concluyan las obras, en los próximos meses LaGuardia se convertirá en «el primer gran aeropuerto en Estados Unidos construido en 25 años».
«Esto se debería haber hecho hace décadas», dijo Cuomo, que subrayó que LaGuardia ha sido «una vergüenza».
Cuomo insistió en que la renovación del aeropuerto, que ha perdido el 97% de su tráfico debido a la pandemia de coronavirus, está pensada para cuando se retome la actividad aérea nacional e internacional.
En este nuevo contexto, la nueva terminal contará con protocolos de limpieza actualizados debido a la pandemia actual, con dispensadores para desinfectantes y accesos digitales, detalló. Por otro lado, el uso de barbijo será obligatorio.
El aeropuerto de LaGuardia recibe en su mayoría vuelos domésticos. En 2018 tuvo un tráfico de 30 millones de pasajeros, con unos 372.000 vuelos.
“Ante desafíos extraordinarios, los neoyorquinos han hecho todo lo posible para mantenerse seguros durante la crisis”, dijo a medios locales la portavoz del ayuntamiento, Avery Cohen, quien añadió: “con la esperanza en el horizonte, continuaremos haciendo todo lo posible para reabrir de manera segura sin perder de vista el progreso que hemos logrado”.
La semana pasada, el gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, emitió un conjunto de puntos de referencia que las regiones del estado tendrían que cumplir para comenzar a reabrir. Esos puntos de referencia incluyen una disminución en el total de hospitalizaciones y muertes, así como los criterios de prueba y la capacidad de localización de contactos.
La ciudad de Nueva York, epicentro de la pandemia de coronavirus en Estados Unidos, tuvo más de 21.000 muertos por la enfermedad desde marzo. La primera muerte confirmada de coronavirus en la Gran Manzana ocurrió el 11 de marzo y el número de muertos alcanzó su pico más alto el 7 de abril, con 590 decesos, según los registros publicados por la ciudad.