Un misterioso felino sorprendió a los vecinos de Paraná, en la provincia de Entre Ríos, tras ser hallado en el patio de una vivienda. Se trataba de un yaguarundí, también conocido como “gato nutria” por su cuerpo alargado, pelaje liso y comportamiento sigiloso.
El animal fue rescatado por personal especializado y trasladado a un centro de conservación, donde se evaluó su estado de salud y se analiza su posible reinserción en el medio natural. Si bien no se trató de un episodio violento, la presencia del felino en una zona urbana encendió las alarmas entre los conservacionistas.
El hallazgo pone sobre la mesa una preocupación creciente: la invasión de áreas naturales por la expansión urbana, que obliga a muchas especies silvestres a desplazarse hacia lugares habitados por humanos.
¿Qué es el yaguarundí?
El yaguarundí (Herpailurus yagouaroundi) es uno de los felinos más escurridizos de América. Su aspecto inusual —sin manchas ni rayas, de cuerpo estilizado y patas cortas— lo hace pasar desapercibido. Puede pesar entre 3,5 y 9 kilos, y presenta dos variantes de color: una rojiza y otra gris oscura, a veces en la misma camada.
Aunque tiene una distribución amplia —desde el sur de Texas hasta el norte de Argentina—, sigue siendo uno de los felinos menos estudiados del continente, en parte porque su comportamiento diurno y su discreta apariencia lo alejan de la atención científica y mediática.
Una especie más amenazada de lo que se creía
Nuevas investigaciones en América Latina señalan que la población de yaguarundí podría estar mucho más amenazada de lo que se pensaba. Si bien la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza lo clasifica como de “preocupación menor”, los registros en cámaras trampa y los estudios de campo han sido escasos y dispersos.
El especialista Anthony Giordano, fundador de la organización SPECIES, alertó que la pérdida de hábitat y la fragmentación ambiental podrían aislar poblaciones y poner en riesgo la supervivencia de la especie. En muchos casos, su presencia en zonas urbanas es una señal de alerta más que una curiosidad.
Un rompecabezas para la ciencia
Estudios recientes estiman que existen entre 35.000 y 230.000 individuos en todo el continente. Aunque parece una cifra alta, se considera limitada para una especie con distribución tan extensa. Además, la dificultad para estudiarlo —por su sigilo y la imposibilidad de identificar ejemplares por el pelaje— lo ha mantenido fuera del foco de los programas de conservación.
Pese a esto, su rol ecológico es importante: el yaguarundí controla poblaciones de roedores, aves e insectos, y ayuda a mantener el equilibrio en los ecosistemas donde habita.
El caso de Entre Ríos, ¿una señal de alerta?
El ejemplar hallado en Paraná no mostró comportamientos agresivos, pero su aparición en un patio urbano refleja un problema mayor: la destrucción y fragmentación del hábitat natural. La expansión de las ciudades, el uso de pesticidas, la contaminación y la reducción de presas naturales afectan directamente su supervivencia.
Los expertos advierten que proteger al yaguarundí es clave para preservar una red más amplia de biodiversidad. Aunque no sea carismático como un jaguar o un ocelote, ni víctima del tráfico ilegal, su rol en los ecosistemas es igual de valioso.
La historia de este “gato nutria” perdido en Entre Ríos podría ser un llamado de atención: la naturaleza no está tan lejos como creemos, y sus señales llegan hasta nuestras casas.
Un comentario
Que gran noticia fué está porque viniendo por un camino rural de noche, en Pajonal ,Entre Ríos, vimos un animal muy raro como sentado sobre sus patas en el medio del camino, al iluminarlo con el coche, salió muy despacio y se escondió, pensamos q era una nutria porque por ahí existen lagunas, Pero después, al ver q su cuerpo y su cola eran diferentes a las de la nutria, pensamos que era un gato montés, los cuales viven en la zona, y todos dijimos es un gatonutria sin saber q en realidad existen. Esto se repitió en dos oportunidades, en el mismo lugar, pero no logramos fotografiarlo.