Un emocionante descubrimiento se ha realizado en el desierto de Gobi, Mongolia, donde un equipo de paleontólogos ha desenterrado la garra de dinosaurio más grande jamás encontrada, completamente preservada. Este hallazgo, realizado en marzo de 2025, ha dejado asombrados a los científicos, ya que es un ejemplo único de conservación de queratina, el mismo material que conforma las uñas humanas.

El fósil, identificado como perteneciente a una especie de dinosaurio llamada Duonychus tsogtbaatari, se caracteriza por su vaina queratinosa que cubre una de las garras de 30 centímetros de largo. Este descubrimiento ha sido catalogado como el más grande de su tipo encontrado hasta la fecha. Según Darla Zelenitsky, paleontóloga de la Universidad de Calgary y coautora del estudio, este es un hallazgo sin precedentes, ya que las vainas queratosas rara vez se conservan en fósiles de dinosaurios.
El Duonychus pertenecía a un grupo de dinosaurios conocidos como terizinosaurios, que, a diferencia de otros dinosaurios carnívoros, eran herbívoros u omnívoros. Este dinosaurio de 3 metros de altura y 260 kilogramos utilizaba sus garras para alcanzar vegetación y posiblemente para defenderse de depredadores. Aunque no eran depredadores, sus garras enormes servían como un mecanismo de defensa y probablemente también como una herramienta para agarrarse a ramas.
Lo fascinante de este fósil no solo es su tamaño, sino también la preservación excepcional de la vaina queratinosa que cubría la garra. Los paleontólogos, como David Hone de la Universidad Queen Mary de Londres, han destacado la importancia de este tipo de conservación, que ofrece nuevas perspectivas sobre el comportamiento y la anatomía de los dinosaurios.

Este descubrimiento es un claro recordatorio de lo increíblemente complejos y diversos que eran los seres prehistóricos. Como mencionó Steve Brusatte, experto en paleontología, el Duonychus es un ejemplo perfecto de cómo la naturaleza ha evolucionado para crear especies extrañas y fascinantes que solo pueden ser comprendidas mediante el estudio de fósiles como este.
Duonychus tsogtbaatari no solo ha dejado una huella en la paleontología, sino que también ha abierto una nueva puerta para entender más acerca de los dinosaurios y sus formas de vida, tan diferentes a las que conocemos hoy.