Un grupo de activistas de defensa de los derechos de los animales ha generado controversia al vandalizar el primer retrato oficial del rey Carlos III, actualmente expuesto en una galería londinense. El incidente ha provocado una ola de reacciones entre el público y la crítica.
El grupo «Animal Rising» compartió el martes un video en sus redes sociales mostrando a dos activistas utilizando un rodillo de pintura para pegar dos carteles sobre el retrato del monarca. Esta acción, llevada a cabo en la galería Philip Mould del centro de Londres, busca llamar la atención sobre la crueldad animal en granjas certificadas por la RSPCA.
El retrato, que es el primero oficial del rey Carlos desde su coronación, ha sido objeto de divisiones desde su presentación. El artista Jonathon Yeo eligió un fondo de pinceladas rojo carmesí para representar al rey, lo que ha generado opiniones encontradas entre los críticos y el público.
Los activistas cubrieron la cabeza del rey con un cartel del personaje de dibujos animados Wallace, de la serie cómica «Wallace y Gromit». Luego, añadieron un globo de diálogo que decía: «Nada de queso, Gromit, mira toda esta crueldad en las granjas de la RSPCA». Esta acción pretende destacar un informe reciente del grupo, que describe como una «investigación condenatoria» sobre 45 granjas aseguradas por la Real Sociedad para la Prevención de la Crueldad contra los Animales (RSPCA).
Animal Rising se describe en su página web como una organización no violenta que aboga por una «transición urgente a un sistema alimentario basado en plantas, sostenible y justo». Según el grupo, el sistema RSPCA Assured encubre «la crueldad a escala industrial».
El público puede visitar el retrato libremente en la galería Philip Mould hasta el 15 de junio, y la acción de los activistas ha generado un debate encendido sobre los límites del activismo y la protección del arte. Mientras algunos apoyan la causa de Animal Rising, otros condenan la vandalización de una obra de arte como método de protesta.
La situación ha dejado claro que el rey Carlos y su primer retrato oficial no pasarán desapercibidos, tanto por su valor artístico como por la controversia que ahora lo rodea.