Se trata de una medida que permitirá, en primera instancia, comenzar a levantar las restricciones a viajeros extranjeros de países que hoy tienen el ingreso prohibido, como ser Brasil o Europa. El anuncio fue realizado durante la jornada del lunes 20 de septiembre en la Casa Blanca por el Gobierno de Joe Biden, en la víspera de la jornada inaugural de la Asamblea General de la ONU en Nueva York, foro singular para las deliberaciones multilaterales sobre toda la gama de cuestiones internacionales que abarca la Carta de las Naciones Unidas.
Así, esta nueva política de viajes supone un fin a las restricciones impuestas hace 18 meses durante la Administración de Donald Trump. La medida entrará en vigencia a partir de noviembre y, aunque no consta de una fecha precisa, el plazo estimado permitirá darle tiempo tanto a las aerolíneas, agencias de viajes como a pasajeros afectados por la modificación a prepararse y cumplir los protocolos correspondientes.
De esta manera, cualquier persona que quiera viajar a Estados Unidos tendrá que estar totalmente vacunados. Esto significa haber recibido el esquema completo de vacunación en caso de haber recibido dos dosis de las mismas, a excepción de la vacuna Johnson & Johnson que es unidosis. De seguro las vacunas autorizadas y permitidas para ingresar serán las de producción nacional: Pfizer, Moderna y Johnson & Johnson.
Jeff Zients, el coordinador de la respuesta a la Covid-19 de la Casa Blanca, ha indicado en conferencia que serán los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) quienes decidirán qué vacunas se autorizan para el ingreso. No obstante, según ha trascendido, se sabe que también se permitirá la entrada de personas que participen de pruebas de fórmulas aún no aprobadas en Estados Unidos. Los CDC también exigirán que las aerolíneas recopilen información de contacto de los viajeros internacionales para facilitar el rastreo.
Además de estar vacunado como requisito excluyente, Estados Unidos también ha dispuesto la realización y presentación de un test de coronavirus negativo realizado con 72 horas de anticipación al vuelo, una normativa que se encuentra vigente en la actualidad.
En respuesta a la nueva iniciativa, el primer ministro británico Boris Johnson se mostró “encantado” con la decisión de Washington y escribió desde su cuenta de Twitter: “Es un impulso fantástico para los negocios y el comercio, y es genial que la familia y los amigos de ambos lados del charco puedan reunirse una vez más”, escribió.