Las últimas palabras de un piloto antes de que el avión que manejaba se estrellara en el mar son de lo más escalofriantes.
El 1 de junio de 2009, el vuelo 447 de Air France despegó de Río de Janeiro con destino a París.
Sin embargo, el Airbus A330 nunca llegó a su destino final porque cayó en picado hacia el Océano Atlántico.
Las 228 personas que iban a bordo, 12 miembros de la tripulación y 216 pasajeros, murieron trágicamente.
Días después, se encontraron restos del avión de Air France flotando entre las olas, lo que desencadenó una búsqueda de dos años en las profundidades del mar.
Los equipos de búsqueda descubrieron cajas negras que contenían información clave sobre lo que había ocurrido en el aire antes del accidente del avión.
Los dispositivos de grabación revelaron que los sensores de velocidad del avión se habían bloqueado y congelado mientras el avión intentaba abrirse camino a través de una tormenta.
Esto provocó que los sistemas del avión produjeran datos defectuosos para el vuelo.
El piloto automático del Airbus A330-203 quedó desactivado, mientras que los pilotos también tuvieron que lidiar con datos confusos sobre su velocidad y altitud.
Posteriormente, decidieron retomar el pilotaje manual.
Pero debido a que el sistema del avión no funcionaba correctamente, el capitán Marc Dubois, de 58 años, y sus dos copilotos, David Robert, de 37 años, y Pierre-Cédric Bonin, de 32, se guiaron por datos de navegación incorrectos mientras luchaban contra una tormenta tropical.
El avión entró en pérdida aerodinámica, lo que llevó a que el trío apuntara por error el morro del avión hacia arriba en lugar de hacia abajo.
Luego, el vuelo comenzó a caer del cielo mientras los pilotos mantenían una conversación de pánico.
Extractos de conversaciones grabadas revelan que dos de los pilotos del vuelo de Air France estaban dormidos cuando el avión tuvo dificultades.
«¡Hemos perdido nuestra velocidad!», comenzó un piloto.
«No sé qué está pasando», se escuchó decir otra voz.
Más tarde se escuchó a Bonin gritar: «¡Vamos! ¡Levántate, levántate, levántate!».
«¡Joder, vamos a estrellarnos! ¡No es verdad! ¿Pero qué está pasando?», exclamó.
Y el destino del avión aparentemente se conoció cuando un individuo desconocido gritó: «Joder, estamos muertos».
Entonces, ¿podría la fatal situación haberse desarrollado de otra manera?
Según el Daily Mail, el investigador jefe Alain Bouillard dijo: «Si el capitán hubiera permanecido en posición a través de la Zona de Convergencia Intertropical, su sueño habría retrasado no más de 15 minutos, y debido a su experiencia, tal vez la historia Habría terminado de otra manera».
«Pero no creo que fuera la fatiga lo que le hizo marcharse. Fue más bien un comportamiento habitual, parte de la cultura de pilotaje dentro de Air France».
«Y su partida no fue contra las reglas. Aun así, es sorprendente. Si eres responsable del resultado, no te vas de vacaciones durante el evento principal».
En 2023, un tribunal de París dictaminó que Air France y Airbus no eran culpables de homicidio involuntario por la muerte de las personas a bordo.
