Lo que más nos gusta de contar este tipo de descubrimientos es que, por lo general, los protagonistas de estas historias son ni más ni menos que estudiantes apasionados por proteger el mundo en el que vivimos. Carvey Ehren Maigue, alumno de la Universidad de Mapua de Filipinas, ha creado un panel solar que resuelve el problema de eficiencia común que enfrenta la energía solar como recurso renovable. Pero eso no es todo: los paneles solares han sido creados a partir de desechos de alimentos.
El sistema AuREUS, como el joven Maigue ha decidido bautizar su proyecto en alusión al concepto de «aurora borealis», está diseñado para seguir cosechando luz incluso durante el tiempo nublado. Esta capacidad adicional significa que los nuevos paneles pueden producir energía casi la mitad del tiempo, mientras que los paneles actuales solo producen entre el 15 y el 25% del tiempo.
¿Cómo es que recurrió a semejante iniciativa? Maigue se dio cuenta de que su sistema podía funcionar de la misma manera que la aurora boreal. El estudiante ha indicado que en la versión natural, «las partículas de alta energía son absorbidas por partículas luminiscentes que las reemiten como luz visible». En su versión artificial, el panel solar, Maigue recuperó las partículas luminiscentes que se encuentran en algunos desechos de comida y las atrapó en un sustrato de resina.
Cuando dichas partículas luminiscentes son golpeadas por la luz ultravioleta, absorben y reflejan la luz. Los reflejos de la luz visible se concentran en los bordes de los paneles solares, donde las células fotovoltaicas los capturan para convertirlos en electricidad de CC. Esta es la idea central detrás de ambos sistemas de AuREUS: la Ventana Solar Borealis y la Pared Solar Astralis.
Como ser, en cuanto a las características del panel AuREUS, el mismo mide aproximadamente tres pies de alto y dos pies de ancho, lo que lo convierte en un sistema ideal para construir fachadas. En ese sentido, Maigue tiene la esperanza de que esto represente la posibilidad de construir edificios que se vuelvan inherentemente sostenibles a largo plazo gracias a la ayuda de su sistema. Y posiblemente ese anhelo se encuentre más cerca de lo que imaginamos, ya que el sistema AuREUS recibió recientemente el primer premio James Dyson Sustainability Award, distinción que le permitirá expandir la producción.
El proceso para recuperar las propiedades reutilizables de los desechos de comida comprende una etapa de trituración de frutas y verduras y filtración continua de la mezcla resultante. Si bien este recurso espera combatir el calentamiento global, el desperdicio de alimentos utilizado en la producción es en realidad el resultado del cambio climático ya que mientras Filipinas sufre cambios climáticos, millones de hectáreas de vegetación han sido dañadas y han dado como resultado frutas y verduras no aptas para el consumo humano. Precisamente eso fue lo que llevó a Maigue a optimizar dichos recursos para su invento.
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